La obesidad es un trastorno que se presenta con mucha frecuencia en países desarrollados y vías de desarrollo, además de que es una condición que se presenta en todos los estratos socioeconómicos, es considerado un problema de salud pública en varios países en vista de que las tasas de personas con obesidad es alarmante, ya que la morbimortalidad que se asocia a la patología es importante; es más frecuente en mujeres y es conocido que la genética influye bastante en su aparición.
Una forma sencilla de reconocer que una persona tiene obesidad es determinando su índice de masa corporal (que relaciona la talla con el peso), si supera los 30 Kg/m2 ya se confirma la sospecha, pero no se debe confundir con sobrepeso que sólo se refiere al incremento del peso corporal por encima de lo que corresponde según la talla.
Factores de riesgo para obesidad:
Estos son factores que pueden favorecer la instauración de obesidad en los individuos, entre ellos están:
Sexo femenino.
Herencia.
Dieta rica en grasas y carbohidratos.
Sedentarismo.
Tabaquismo. Causas de obesidad:
La verdad, es que la obesidad no puede atribuirse a una sola causa, ya que aparte de ser una patología de evolución crónica también es multifactorial por lo que no se asocia a un solo origen, sin embargo, a continuación se mencionan una serie de causas que están comprobadas que generan obesidad, ya sean aisladas o combinadas con otras:
Causas genéticas:
Debido a alteraciones cromosómicas, como:
Trastorno de delección del cromosoma 15 (Síndrome de Prader-Willi).
Trastornos ligados al cromosoma X (Síndrome de Turner y de Wilson).
Enfermedades autosómicas recesivas (síndrome de Brader- Bieldt). Causas endocrinas:
Hipotiroidismo.
Síndrome de Cushing.
Síndrome de ovarios poliquísticos.
Fármacos:
El uso de algunos fármacos de forma prolongada se ha asociado con la aparición de obesidad, entre los cuales están:
Esteroides.
Antihistamínicos.
β-bloqueantes.
Antirretrovirales. Tendencia familiar:
Es conocido que hay cierta predisposición a la obesidad si alguno de los progenitores es obeso, teniendo que:
Si ambos padres son delgados: Menos del 10% de los hijos son obesos.
Si un padre es obeso: El 50% de los hijos son obesos.
Si ambos padres son obesos: Más del 80% de los hijos son obesos. Factores nutricionales:
Sobrealimentación: Alta ingesta de alimentos.
Consumo excesivo de grasas y/o carbohidratos. Suspensión del tabaquismo:
Esto se asocia con obesidad en vista de que las personas están abandonando un hábito o vicio, que ellos consideraban que los ayudaba a lidiar con el estrés, pues ahora resulta que dicho hábito no está, por lo que las personas manifiestan ansiedad y comienzan a aumentar la ingesta de alimentos para suplir dicha falta. Casi todas las personas que abandonan el cigarrillo pasan a ser obesas, es por esto que resulta importante buscar asesoría nutricional si deseas dejar de fumar, ya que estás saliendo de un gran problema para entrar en otro igual de grande.
Diagnóstico de la obesidad:
Como ya se dijo previamente, para saber si una persona tiene obesidad o si por el contrario bajo peso, sólo debe aplicarse el cálculo del índice de masa corporal, que correlaciona el peso de la persona con respecto a su talla. Una vez hecho esto y de haber comprobado que efectivamente la persona tiene obesidad se debe clasificar en cualquiera de los tres grados en que se divide para decidir la terapéutica según sea el caso.
Manifestaciones clínicas de la obesidad:
La obesidad es una patología sistémica, es por este motivo que ocasiona alteraciones de diversos órganos y sistemas, a continuación se mencionarán las consecuencias más frecuentes asociadas a obesidad:
Corazón:
Cardiopatía isquémica precoz.
Hipertrofia cardíaca izquierda.
Insuficiencia cardíaca congestiva.
Muerte súbita. Sistema vascular:
Hipertensión arterial.
Éstasis venoso (que favorece la aparición de edema, várices y enfermedad hemorroidal).
Enfermedades tromboembólicas.
Enfermedad cerebro-vascular. Sistema hepático-biliar:
Reflujo gastroesofágico.
Colelitiasis.
Esteatosis hepática (comúnmente conocida como “hígado graso”). Sistema endocrino:
Gota.
Dislipidemias.
Diabetes mellitus.
Hiperinsulinismo. Sistema renal:
Nefrosis.
Proteinuria.
Trombosis de la vena renal. Piel:
Callosidades planatres.
Acantosis nigricans (oscurecimiento de la piel en pliegues como axilas, ingles, codos).
Estrías.
Hirsutismo.
Papilomas múltiples. Sistema locomotor:
Espolón calcáneo.
Osteoartritis de columna.
Defectos posturales.
Osteoartritis de rodillas. Neoplasias:
La obesidad se encuentra íntimamente relacionada con un aumento en la incidencia de cáncer de endometrio y cáncer de mama.
Glándula suprarrenal:
Aumento de la producción de cortisol.
Sistema reproductor femenino:
Ciclo menstrual irregular.
Metrorragias.
Amenorrea.
Disminución de la fertilidad.
Aumento de la incidencia de complicaciones obstétricas (toxemia, diabetes gestacional e hipertensión arterial). Trastornos psicosociales:
eterioro de autoinmagen.
Autoestima baja.
Mayor ausentismo laboral.
Dificultad de relación social. Otras:
De ser necesaria una intervención quirúrgica, el riesgo resulta mayor que en personas con un peso normal.
Disminución de la agilidad física. Clasificación de la obesidad:
Según distintos parámetros, la obesidad puede clasificarse en:
Según el índice de masa corporal:
Calculando el índice de masa corporal, la obesidad (IMC > 30 Kg/m2) se puede clasificar en:
Clase I: Índice de masa corporal de 30-34,9 Kg/m2.
Clase II: Índice de masa corporal de 35-39,9 Kg/m2.
Clase III (Obesidad extrema o mórbida): Índice de masa corporal mayor a 40 Kg/m2.
Superobesidad: Este es un término que se utiliza para aquellas personas cuyo peso supera 225% o más el peso corporal ideal, lo que quiere decir un índice de masa corporal mayor o igual a 50 Kg/m2. Según la anatomía patológica:
Obesidad hiperplásica: La cual se caracteriza por un aumento de la cantidad de adipocitos (células que almacenan grasa).
Obesidad hipertrófica: Los adipocitos aumentan de tamaño. Según la distribución de la grasa:
Ginecoide:
En donde la distribución de la grasa es periférica, es decir, el acumulo de grasas se localiza en la región glútea y femoral, se considera este tipo de obesidad cuando el índice cintura cadera es menor de 1 en hombres y menor de 0,85 en mujeres. Tipo de obesidad más frecuente en mujeres.
Androide:
La distribución de la grasa es central y subcutánea, en estos casos el acumulo de grasa se localiza en el tronco y abdomen; se establece el diagnóstico de este tipo de obesidad cuando el índice cintura cadera es mayor a 1 en hombres y mayor a 0,85 en mujeres;forma de presentación más frecuente en hombres, tiene peor pronóstico, asociándose a:
Enfermedades cardiovasculares.
Hiperinsulinismo.
Gota.
Dislipidemias.
Hipertensión arterial.
Diabetes mellitus tipo 2. Tratamiento de la obesidad:
A continuación, solo se hará referencia al tratamiento no farmacológico y al farmacológico, ya que en la actualidad existen varias alternativas quirúrgicas para tratar la obesidad, sin embargo, esas técnicas requieren de indicaciones específicas, mientras que el tratamiento que se describirá acá es adaptado a todas las personas con obesidad, a pesar de que el mismo debe ser individualizado para cada paciente. También se debe tener en cuenta, que el único tratamiento eficaz en caso de obesidad mórbida (obesidad clase III) es la cirugía bariátrica.
Objetivos:
Los objetivos que esperan alcanzarse con el tratamiento son:
Reducir el exceso de peso corporal con seguridad.
Mínimo de efectos secundarios y complicaciones.
Controlar o prevenir trastornos relacionados con la obesidad.
Regular el peso por un tiempo prolongado. Cambios en el estilo de vida:
Dieta: Esencialmente, deben ser dietas bajas en calorías, en vista de que estas tienen menos riesgo de provocar carencias nutricionales y reducen el 8% del peso en un período de 8 meses si el régimen se sigue.
Ejercicio: Reduce el peso corporal en un 2-3%, solo deben realizarse de tres a siete sesiones semanales de ejercicios por períodos de 30 a 60 minutos.
Modificación de la conducta: Es necesario reforzar lo positivo que resulta modificar las conductas nocivas que tiene la persona. Si se combinan estos tres elementos, se logra una pérdida de peso del 10% en un período de seis meses. Farmacoterapia:
Sólo se recurre a esta terapia cuando los cambios en el estilo de vida por sí solos no dieron los resultados esperados y puede utilizarse sola o combinada con dichas modificaciones; en la actualidad sólo hay dos fármacos aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) para la pérdida de peso y son: Sibutramina (suprime al apetito) y Orlistato (inhibe la absorción intestinal de lípidos), pero a pesar de que se han logrado buenos resultados con su empleo, a largo plazo al suspender el fármaco, se vuelve a recuperar el peso perdido; por lo tanto es recomendable que el consumo de dichos fármacos se acompaña de los cambios en el estilo de vida.
El objetivo de controlar la obesidad no es sólo mejorar la imagen de las personas que la padecen, lo que de por sí ayuda a aumentar su autoestima y seguridad en sí mismos y en consecuencia sus habilidades sociales; sino que es necesario mantener un peso adecuado para poder evitar la gran cantidad de patologías y trastornos que se asocian con su padecimiento.
Para algunas personas, mantener un peso ideal resulta más complicado que para otras, en vista de que la causa de su obesidad no es el consumo excesivo de carbohidratos y grasas o debido a sedentarismo, sino que se debe a alguna patología que induce el aumento de peso, para este tipo de pacientes resulta necesario controlar la enfermedad de base, además de mantener un estilo de vida saludable.
Cada vez hay mayor incidencia de obesidad en niños y esto no debe permitirse, no sólo por las implicaciones sociales sino también por la alteración y disminución de su calidad de vida; debe evitarse por completo esta situación y no es necesario que por complacer a tu hijo permitas que llega a un estadio de obesidad, puedes recompensarlo de otra manera más favorable y beneficiosa para él.
Muchas personas piensan que para no tener sobrepeso u obesidad es necesario invertir una gran cantidad de dinero en dietas, pero la verdad es que no es así, aunque es cierto que los alimentos más nutritivos y menos perjudiciales son más costosos, el mantener hábitos saludables es realmente muy económico, acá algunos consejos para lograr esto:
Evita consumir grasas: Es más saludable y económico si tus carnes las preparas a la plancha o parrilla sin necesidad de usar aceite.
Carbohidratos: No debes suspender los carbohidratos a excepción de que sea una indicación por parte de un especialista en nutrición, lo que si debe evitarse es consumirlos después de las 5:00 pm, de preferencia no combines carbohidratos con más carbohidratos en tus comidas (por ejemplo puré de papas con arroz, pasta con pan, entre otras combinaciones).
Comida chatarra: Evítala en la medida de lo posible, no aporta ningún tipo de nutriente y contribuye al acumulo de grasa y por tanto a la obesidad. En este grupo se incluyen bebidas artificiales y refrescos.
Frutas: Debes consumir aunque sea una porción diaria de frutas, preferiblemente natural y no en forma de jugo, ya que de esta manera hay mayor cantidad de azúcar que no es lo recomendable.
Dulce: Esta es la debilidad de muchas personas, si no está contraindicado, puedes permitirte consumir una vez a la semana algún dulce grande, lo que debes evitar es comer dulces diariamente y que la cantidad de ellos rebase el resto de comidas que consumes al día.
Toma agua: Esto es sumamente importante, te ayuda a mantenerte hidratado y a que tu metabolismo esté activo. Si quieres conocer más acerca de cardiopatías, te recomiendo leer: Síndromes coronarios.
Si quieres saber más lee: Sindrome de poliquistosis ovarica.