La obesidad es un exceso de grasa en el cuerpo que, por norma general, provoca un incremento del peso corporal. Cada vez más, esta patología se considera una verdadera enfermedad crónica, muy habitual en los países desarrollados, y que no es fruto del vicio ni de la falta de voluntad para dejar de comer.
Es creciente el número de obesos que se tienen que enfrentar, además, a un importante problema estético, sobre todo, en la actual sociedad en la que la delgadez es uno de los valores físicos más apreciados. A todo esto hay que añadir que la obesidad es una patología que origina numerosos costes, unos derivados de los tratamientos de enfermedades desencadenadas por ella, y otros procedentes de la incapacidad laboral.
Una enfermedad metabólica
La obesidad es considerada la enfermedad metabólica con mayor presencia en el mundo occidental y es un verdadero problema de salud pública, ya que reduce considerablemente la cantidad y calidad de vida. En muchos casos, esta enfermedad se asocia a trastornos crónicos como la diabetes, la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares. Aunque esta patología suele provocar un aumento considerable del peso corporal, no siempre es así.
Algunas estadísticas señalan que esta enfermedad es sufrida por el 45% de los hombres y el 38% de las mujeres y se prevé un aumento en los próximos años. Asimismo, se ha podido observar como en los últimos años el número de obesos se ha ampliado, siendo destacable el incremento de la enfermedad en los niños. Esto puede tener su explicación en el cambio de los hábitos de alimentación, ya que se consumen muchas más grasas, y en la realización de muy poco ejercicio físico.
Factores que la provocan
Hay muchas causas de la obesidad, de las cuales dos son las más frecuentes. La primera de ellas es ingerir más calorías de las que el cuerpo quema, mientras que una segunda causa hace referencia a la ejecución de menor ejercicio físico del que el cuerpo necesita. Y es que cuando se ingieren calorías y no se queman, éstas se acumulan en forma de grasa en el cuerpo y dan lugar a ciertas complicaciones, como puede ser la hipertensión arterial, la diabetes y algunas enfermedades coronarias.
Además, cabe señalar que el factor genético tiene mucho que ver con la obesidad, por lo que los hijos de enfermos sufren un riesgo diez veces mayor de padecerla. Por último, hay que destacar que existe una serie de obesos que los son debido a enfermedades hormonales, lo cual se puede erradicar mediante un tratamiento especial.
El tratamiento más eficaz
Antes de intentar acabar la obesidad directamente, es necesario tratar las patologías que se hayan desarrollado a partir de ésta, si es que las hay. Seguidamente, el tratamiento consiste en una regulación de la dieta, buscando el equilibrio entre los distintos tipos de alimentos y evitando el exceso de grasas.
Es conveniente acompañar esta dieta de la actividad física necesaria y hay que adecuar ambas, de manera que en una persona muy activa, la dieta no debe ser muy estricta. Por último, es necesario que una vez alcanzado el peso ideal, el paciente no se descuide y se intente mantener.