He vuelto de una escapadita playera oyendo (y sufriendo, claro) casi un único tema, el CALOR, con mi cabeza pendiente de una resonancia que dejé hecha antes de irme. Como siempre, pánico al resultado que, esta vez, he conseguido mantener a raya casi hasta el final, para, como siempre hasta ahora, escuchar, con una sonrisa de oreja a oreja, que todo está bien.
Que más me da a mí el calor, los griegos o la marcha de porteros ilustres, cuando mi vida podría cambiar como hace ya OCHO veranos.
Tengo la suerte de encontrar a mi vuelta alguien que me ha echado de menos, un hogar que ensuciar con zapatos llenos de arena, y un trabajo que me permite seguir viviendo dignamente. No sabéis lo afortunada que soy. No sabéis lo afortunados que sois si estáis en mi situación. Incluso si os falta alguna de las piezas….
Hay una campaña por el mundo virtual que anima a no quejarse, a vivir en positivo, y me he unido desde ya!.
No soy muy quejica, pero sí me dejo abrazar por letanías que al final son un lastre: Que calor, que mal se portan, que asco de tele, que pesado fulanín, uff que lejos, que cansancio…..Observando un poco estos días, estoy llenita de mini-quejas que hasta aquí han llegado.
El calor se sofoca bebiendo, o piscineando, o bajo el aire, o de paseo por un centro comercial.
Se portan mal porque llaman la atención. Abandonar la dependencia al dispositivo electrónico y tirarte al suelo a jugar a ser un cocinero vale mucho más la pena. O dedicar un día de chicas con caprichos incluídos sin ser todo el día la bruja malvada hace que te re-enamores de la adolescencia.
Que la tele es un asco? Pues apagalá. Coge un libro. O cierra los ojos e imagina dónde quieres ir de vacaciones (aunque sean impensables, soñar no tiene precio).
Fulanín es muy pesado, si, pero tienes muchas opciones para evitarlo: quizá sólo necesita apoyo, o , si crees que no, deja de contestar a sus whatsapp, o sus llamadas, o sus redes sociales. Muchas veces nos embarcamos en amistades que no necesitamos, que no nos aportan nada positivo. No es necesario romper, hay veces que sólo con alejarse se sitúa a cada uno en su justo lugar.
Uff que lejos, no me apetece, que pereza….Me tiene atrapada la pereza, en parte por la fatiga crónica y en parte porque me dejo ;-), y, en pequeñas dosis, empiezo a batallar con ella. Sin grandes metas, pero con grandes logros.
Y así por los siglos de los siglos. Estoy decidida a VIVIR EN POSITIVO, y, como me decían las monjas de mi cole, no es necesario cambiar EL mundo, hay que empezar por cambiar NUESTRO mundo.
Así, mis NOCHES DE VERANO están siendo mejores: no digo que no sean calurosas, que no de mil vueltas porque no cojo la postura, que me despierte con los ojos en modo búho, que los problemas cotidianos sigan susurrándome al oído…. Nada va a cambiar eso, pero sí puedo cambiar la manera de verlo.
Os unís?
Os leo!!