Que importante es la flexibilidad, ¿verdad?
No me refiero únicamente a ser flexible físicamente, que no nos vendría mal, si no a la flexibilidad en la vida:
lo tenías todo bien planeado,
lo habías visualizado, nada podía fallar. Pero algo no sale como esperabas: una lavadora que se rompe, una lesión que te impide seguir entrenando, una ruptura que no esperabas…
No voy a soltarte un discurso súper heroico sobre que tienes que pensar en positivo, que busques la ventana cuando se te cierra la puerta y mira el lado bueno de la vida:
Pero lo cierto es que tienes dos opciones,
quedarte ahí lamentándote porque las cosas no han ido como esperabas, o
aceptar lo que ha sucedido, comer salmón, que es rico en omega-3 y te va a venir bien para mantener buen ánimo, superar la fase de duelo o como se diga y seguir con tu vida.
¿Algunas vez has ido a Fisioterapia?
Lo único que vas a conseguir con eso, es hacerte más daño.
Aunque duela y sólo quieras llorar, lo mejor que puedes hacer es respirar profundo y aceptar que es normal que duela porque hay un daño, y que es parte imprescindible del proceso de curación. Pasará.
Para mi ocurre algo parecido con los sentimientos: porque encerrarte en lo malo que te ha sucedido, el ser inflexible, sólo puede hacer que sufras más tiempo del necesario.
La importancia de la inteligencia emocional
Esta reflexión, se me vino a la cabeza de la manera más tonta. Estaba preparando la receta de hoy, que en realidad no era un mango lassi, si no un Ajoblanco de mango:
lo probé sin el ajo, estaba delicioso,
añadí el ajo, y se convirtió en algo incomestible… cosas que pasan.
Posiblemente hace unos años, cuando hubiera cabreado por estropear la receta. Hoy en día, este pequeño inconveniente no me supuso mucho, sólo 5 minutos más de batir. Pero me hizo pensar en la forma tan distinta que tenemos las personas de afrontar los problemas.
Porque, ¿cuánta gente conoces que cualquier pequeño detalle les arruina el día ? ¿Y otros que parecen inmunes a las adversidades?
Paleo Mango Lassi, my way
Y sin más la receta de hoy, que es una versión totalmente libre, porque después de tantas pruebas: el ajoblanco no me gustaba, y el Mango Lassi tradicional, se me quedaba soso
Ingredientes (para dos personas):
100 gramos de almendra marcona cruda sin piel (*)
180-200 gr. de mango muy maduro (se pesa ya pelado)
3 c/s rasas de vinagre de manzana (para intensificar el sabor de la fruta)
1/2 taza de leche de coco
1/2 taza de agua
(*)Se puede usar almendra molida para facilitar el proceso.
c/s = cucharada sopera
Preparación (5 minutos)
El orden en que se añaden los ingrediente es importante:
En un vaso para batir, pon la almendra y bate hasta que esté bien picada.
Corta el mango en trozos muy pequeños para que sea fácil de picar y ponlo en el vaso de batir junto con la almendra. Bate hasta que se forme una pasta densa, en la que apenas se noten los trozos de almendra.
Añade la leche de coco y el vinagre. Vuelve a batir durante 1-2 minutos.
A continuación, añade el agua y sigue batiendo.
La textura final depende un poco del gusto de cada persona. Si está demasiado denso para tu gusto, prueba a añadir un poco más de agua, pero muy poco a poco para que no acabe aguándose demasiado y pierda sabor.
Una vez batido, reserva en la nevera y deja enfriar.
Yo lo he servido con uvas y ¡está delicioso!
Espero que te guste la receta
Ahhh, se me olvidaba, si tienes curiosidad por probar el ajoblanco en versión paleo, no te pierdas estos posts de:
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Hoy comemos juntos
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