Los horarios españoles son poco saludables
Los españoles tienen horarios de comidas que se parecen poco a los horarios del resto de los países europeos. Los europeos que viajan a España durante sus vacaciones sorprenden a los veraneantes españoles con las horas en las que toman sus comidas. En los hoteles es muy común ver a estas personas comiendo a las 12 del mediodía y cenando a las 7 de la tarde. Sin embargo, en España muchas personas desayunan alrededor del mediodía y algunas toman su merienda alrededor de las 19.00 horas. Podríamos decir que, aparte de niños y ancianos, solamente las personas que madrugan mucho por obligación, se acercan un poco a este tipo de horarios.
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Somos seres solares
Los seres humanos, y el resto de los seres vivos, vivimos gracias al sol. Este hecho nos hace estar íntimamente ligados al astro rey aunque no seamos conscientes de ello. Nuestra naturaleza sigue ritmos que tienen que ver con la luz que recibimos del sol. Por eso, nuestros órganos funcionan de diferente manera a las distintas horas del día. La capacidad digestiva, por ejemplo, es mayor a primera hora del día y va decayendo según pasan las horas, para ser menos efectiva a última hora de la noche.
Según la doctora Susana Monereo, jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario de Getafe, deberíamos de ajustar nuestras comidas a estos ciclos si queremos gozar de buena salud. Dice la Dra. Monereo que deberíamos comer como muy tarde a las 13.00 horas. El motivo es que a esta hora la insulina, la hormona que se encarga de quemar la glucosa, alcanza su pico más alto. Así mismo, sería muy recomendable cenar temprano para ir a dormir con la digestión hecha. Cuando cenamos tarde obligamos al hígado a trabajar cuando debería estar casi en reposo.
Si escucháramos más a nuestro cuerpo, nos daríamos cuenta de que por la noche nos saciamos antes y necesitamos comer menos. Esto es debido a la elevación de la hormona leptina que se produce en ese momento del día. Esta hormona tiene que ver con la sensación de saciedad y hace que la insulina descienda. Por ese motivo, es muy importante cenar ligero y evitar las grasas.
El microayuno que llevamos a cabo cada noche es indispensable para que nuestro cuerpo lleve a cabo las funciones de desintoxicación y descanso. Además de esto, cuando cenamos tarde favorecemos las malas digestiones y el reflujo con las repercusiones que esto tiene para el buen dormir. El cerebro necesita enfriarse para poder dormir bien y esto no es posible cuando la sangre se concentra en el aparato digestivo.
La jornada laboral y los horarios de las comidas
La costumbre europea de hacer las comidas principales antes que en España es debida, en gran medida, al tipo de jornada laboral que tienen en la mayoría de estos países. En España los horarios de trabajo hacen que sea difícil alterar las horas de las comidas. No obstante, ya que es un hábito muy saludable, no es imposible organizarse e ir adelantando estos horarios poco a poco.
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Si cenamos demasiado tarde, es imposible que por la mañana tengamos hambre como para hacer un desayuno completo. Sin embargo, si hemos cenado temprano, por la mañana tendremos el apetito suficiente como para hacer un buen desayuno. Por ejemplo, si tomamos el desayuno a las 7.00 horas tendremos energía suficiente hasta media mañana. Un buen desayuno debe de incluir frutas, cereales integrales y frutos secos.
A media mañana muchas personas toman un café y poco más e intentan seguir su jornada laboral. Digo intentan porque las últimas horas de la mañana se hacen muy cuesta arriba si a media mañana no tomamos una comida que nos sustente. Por ese motivo, si a esta hora tomamos nuestra comida principal, los procesos digestivos se llevan a cabo de manera más eficiente, y podremos terminar la mañana en plena forma.
Una buena comida no es una comida copiosa o pesada
La comida del mediodía, si queremos seguir trabajando sin que nos den ganas de dormir, es importante que sea una comida ligera pero muy nutritiva. Podemos adquirir el hábito de llevar al trabajo algo de comida preparada para poder tomarlo a esa hora del día. Lo importante es que, a esa hora, tomemos alimentos que nos recarguen de energía.
En esta comida es muy importante que incluyamos verduras, cereales integrales y pequeñas cantidades de proteínas. Se pueden preparar, por ejemplo, todo tipo de ensaladas con arroz integral, pasta integral, quinoa o mijo, y añadir cualquier verdura cruda de temporada y frutos secos. También se puede optar por algún tipo de verdura cocida con una pequeña cantidad de legumbre y cereales. Con un poco de imaginación podemos inventar numerosas opciones. Lo importante es desterrar la idea de que a media mañana solo debemos tomar un tentempié.
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Una cena temprana
El horario ideal para la cena estaría entre las 19.00 horas y las 21.00 horas. Por supuesto, cuánto antes mejor. Cenando en esta franja horaria es casi seguro que cuando vayamos a dormir ya hayamos hecho la digestión.
Según este horario, la cena debería de ser la comida más importante del día. Por un lado porque es un buen momento para compartir con la familia y por otro porque tras esa comida pasaremos muchas horas sin comer nada. Aprovechemos esta hora del día para tomar platos nutritivos pero no pesados. Cuando nuestra dieta consiste en alimentos vivos, integrales, de temporada y ecológicos es muy fácil preparar platos fáciles y que nos nutran. Por supuesto, si nos importa nuestra salud es muy importante olvidar los alimentos procesados para siempre.
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Los nuevos horarios se pueden ir introduciendo poco a poco. Si cada día adelantamos un poco nuestros desayunos, comidas y cenas, en poco tiempo lograremos establecer estas nuevas costumbres en nuestra vida.
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