Además estamos inmersos en un sinfín de situaciones estresantes, como ir a trabajar, la casa , los niños, los maridos, los abuelos, de tal manera que vamos acelerados y es mas rápido cocinar comida preparada que estar horas y horas cocinando, por lo tanto esto se traduce en diferencias en la calidad de la alimentación y su repercusión en la salud.
Porque el comer es sin duda un arte, debemos de conocer qué aspecto emocional es el que tenemos en cada momento. Si estamos estresados o ansiosos o comemos distraidos y hablando mucho, podemos ingerir grandes cantidades de comida copiosas en muchas ocasiones, vacías de calorías y ricas en grasas saturadas. Si estamos más animadas podemos usar distintos elementos en la comida como frutas y verduras que le dan color y creatividad aumentando las vitaminas de nuestras comidas.
Esto siempre lo hemos visto y lo hemos sentido… pero ahora se le ha puesto un nombre y se llama psicología de la nutrición, psiconutricion o coaching nutricional y nos ayuda a romper ese circulo vicioso entre el hambre fisiológico y el hambre emocional.
Muchas veces comemos porque otros lo hacen o porque son las 15:00 horas y ya es la hora de comer, sin escuchar a nuestro cuerpo, ni escuchar a nuestro estómago, haciendo que acortemos las horas de asimilación de alimentos y de su digestión, sumando poco a poco calorías.
Para tener una vida saludable segun la OMS ( organización mundial de la salud) expone que debemos comer 5 raciones de fruta y verduras al día y repartidas en las tomas indicadas… no lo hacemos y perdemos las propiedades naturales y antioxidantes de estos alimentos. Esto hace que no comamos entre horas, y cuando lleguemos a medio dia comamos el doble de ración de forma rápida y sin saborearla. Y… no nos olvidemos, de la insulina.
La Insulina es una hormona que está en el páncreas y se elimina a la sangre cuando hay niveles altos de glucosa en sangre, es decir después de las comidas. Esta insulina es dosis dependiente, si como muchos alimentos ricos en azucares, aumento la proporción de glucosa en sangre y aumento la secreción de insulina. Esta hormona permite que la glucosa se almacene en las células ya que es su principal alimento para sobrevivir, pero cuando sobra lo almacena en forma de grasa, que se acumula en zonas como glúteos, cadera y grasa abdominal.
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