La prevención es sin lugar a dudas una de las claves de nuestro proceso de preparación como corredoras independientemente del nivel al que desarrollemos nuestra actividad.
El concepto de preparación física preventiva será la clave para poder disfrutar del arte de correr sin encontrarnos con las temidas lesiones.
Antes de iniciarnos en este arte sería interesante contar con un estudio de nuestrae biomecánica que nos indique si existe algún tipo de anomalía o si podemos tener predisposición a sufrir algún tipo de lesión. En este proceso es clave determinar si tenemos desequilibrios musculares, alteraciones de movilidad, déficits de fuerza.
Nuestro programa preventivo deberá de ser realizado por un/a profesional del ámbito de la actividad física que determine como equilibrar nuestro cuerpo para poder disfrutar al máximo de nuestra actividad.
Dentro de los elementos que integrarán estos programas estará el trabajo neuromuscular mediante ejercicios propioceptivos que nos faciliten la estabilidad articular y control propioceptivo integrándolo con ejercicios de técnica de carrera. Esto nos facilitará mejorar nuestra eficacia y combinado con un programa muscular ser más eficientes con lo que minimizaremos la probabilidad de lesionarnos.
Sin olvidarnos claro está del trabajo de core-stability o entrenamiento de la unidad central, integrado por un el complejo de músculos que forman parte de nuestra zona. Lumbopélvica, sin esta estabilidad central nuestro equibrio corporal peligra.
Estos componentes son la base en una preparación física preventiva junto con el trabajo de movilidad de cadera y el complejo tobillo y pie, siendo los entrenos de carrera de corta duración para poder asimilar los ajustes del programa y crear nuevos programas motrices que nos lleven a disfrutar del arte de correr.
Por Noemí Martínez - Experta en entrenamiento y readaptación al esfuerzo para EDC.