Así, los responsables del Hospital Brigham, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, responsables de los últimos estudios, han asociado la comida mediterránea con los telómeros de las personas, y esta alimentación provocaría que éstos telómeros fueran más largos. Los telómeros más cortos se asocian a tener más riesgo a sufrir enfermedades que están relacionadas con el prematuro envejecimiento. Por otro lado, los telómeros más largos se asocian a la ventaja de tener una vida más larga y a la longevidad de las personas.
Tras este estudio, se ha demostrado que la dieta mediterránea amortigua el recorte de los telómeros, con el fin de promover la salud. Para ello, se pudo analizar a 4.676 mujeres libres de enfermedad en el estudio realizado relativo a las mediciones de la longitud de sus telómeros. Los investigadores vieron realmente una mayor adherencia a la dieta mediterránea, totalmente asociada a los ya llamados telómeros más largos.
Es decir, que una mejor y correcta alimentación saludable aporta una vida más larga, pero además, aquellas mujeres analizadas que se pasaron a la dieta mediterránea tuvieron una adhesión mucho más fuerte.
Para poder concretar mucho más los efectos saludables de la dieta mediterránea sobre el cuerpo, se establece que ahora deben estudiarse los componentes de la dieta para saber cómo funciona exactamente el mecanismo biológico de las personas y su unión con los diversos alimentos. Se pretende aportar una mejor educación pública para elegir el mejor estilo de vida que permita gozar de mayor salud.
Recordemos que la dieta mediterránea se basa en los productos que ofrecen la huerta y el mar, fundamentalmente. Está compuesta por un gran aporte de frutas y verduras, que contienen las vitaminas y los minerales necesarios, además de los pescados, sobre todo los azules, que se asocian a un mejor control del colesterol y al bajo riesgo a las enfermedades relacionadas con el corazón.