La dieta más recomendada por los cardiólogos de todo el planeta para los que desean eludir enfermedades del corazón ha venido desde la zona del Mediterráneo. La popular dieta mediterránea brotó a inicios de los años cincuenta, cuando el estudioso estadounidense Ancel Keys se sorprendió de la epidemia de la enfermedad cardíaca en los U.S.A. y decidió examinar la situación en otros países.
El Mediterráneo abarca los países de 3 continentes bañados por este mar: Europa, África y Asia. La zona de Puglia, ubicada en el sur de Italia, se considera la capital mundial de la dieta mediterránea y fue allá donde Keys fundamentó su estudio, al revisar que las enfermedades del corazón eran prácticamente inexistentes in situ.
En la zona faltaban recursos, singularmente para las clases sociales desfavorecidas. Un sitio en el que prácticamente no consumían carne, dulces, grasas, leche y mantequilla. Tampoco había gallinas para generar huevos en cantidad. Por este motivo, los pugliesi se satisfacían con lo que tenían hace mil años: peces, verduras, frutas, cereales, aceite de oliva y vino (estos 2 últimos son ricos en flavonoides y resveratrol, substancias que favorecen la salud y la longividad).
La nutrición en la dieta mediterránea
La dieta mediterránea es famosa como la «dieta de la larga vida», en tanto que combate el colesterol malo, la hipertensión arterial y distintos géneros de cáncer, aparte de contribuir para adelgazar.La dieta consiste en un bajo consumo de grasas sobresaturadas (de origen animal) y dulces, ricos en grasa y azúcar refinado. Los comestibles priorizados son peces, aves, granos enteros (judías, lentejas y garbanzos), aceite de oliva y vino.
El menú asimismo incluye hidratos de carbono integrales, que poseen un alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, asimismo encontrados en el aceite de oliva extra virgen. La ingesta de comestibles vegetales, ligerísimamente procesados o bien refinados, garantiza el alto contenido de vitaminas, minerales y fitoquímicos que favorecen la salud.
Estos elementos, conforme el médico, actúan como antioxidantes, substancias que retrasan y previenen el envejecimiento celular. El alto contenido de fibras que se halla en los comestibles integrales prosigue ayudando al buen funcionamiento intestinal y reduciendo los niveles de colesterol.
Merece la pena rememorar que el vino debe consumirse con moderación, conque no merece la pena abusar de él en fiestas y acontecimientos. La indicación de los médicos es de 1 a dos copas al día. El vino ayuda a reducir el colesterol malo (LDL) y a acrecentar el colesterol bueno (HDL), reduciendo de esta manera el peligro de apoplejía y también infartos.
No hay desventajas ni obstáculos para los que desean proseguir la dieta mediterránea. Al contrario, el punto positivo de esta dieta es la adhesión: es muy simple de continuar. Todas las demás dietas de bajo valor calorífico para adelgazar ocasionan cierta incomodidad al paciente, al paso que esta sustituye realmente bien la nutrición normal.
Aunque a priori es facial adoptar esta dieta, no ha todos resulta así fácil cambiar su estilo de alimentación y en muchos casos no les sacia suficiente la comida. Un muy buen truco para saciarse cuando nos entre el gusanillo, es tomar un té matcha, que además de proporcionarnos muchos beneficios y nos saciará.
¿Es dieta o modo de vida?
Para los pueblos del Mediterráneo, la dieta va mucho más allá de consumir solamente los comestibles adecuados. La dieta mediterránea es un modo de vida. Las personas de esa zona pasean mucho, tienen una vida más apacible y organizada y usan mucho las verduras de huertos, consumiendo menos comestibles industrializados.The post appeared first on Te Matcha.