Se cumple ya un año desde que comenzamos a sufrir la pandemia del covid-19. Desde entonces hemos tenido que enfrentarnos a numerosas dificultades de índole psicológico como la soledad, miedo, pérdida, ansiedad, falta de libertad Sin embargo, la pandemia ha hecho mucho más visible que, cuanto más alto pongamos el listón de lo que esperamos y deseamos, más posibilidades habrá de que nos desestabilice un contratiempo. Esto es lo que llamamos intolerancia a la incertidumbre y expectativas no cumplidas.
Intolerancia a la incertidumbre y expectativas no cumplidas
Intolerancia a la incertidumbre
Desde pequeños, los adultos intentan protegernos trasmitiéndonos que la seguridad y el control son necesarios en nuestra vida para sobrevivir. Saber cuál es el siguiente paso nos da la tranquilidad de tener la certeza de que todo irá bien, según lo esperado.Es por ello que nuestro cerebro se lleva muy mal con la incertidumbre. No sabemos movernos bien en entornos donde no está claro qué va a suceder y sobre todo cuando no depende de nosotros. Esta falta de certeza y control nos genera una sensación incómoda que intentamos reducir creando expectativas.
Por ello, llamamos a ese amigo que nos ayudó la última vez a resolver un problema, volvemos a hacer ese viaje que tanto nos hizo desconectar y recargar pilas, confiando en que vuelva a hacernos sentir como la última vez o depositamos nuestra esperanza en que las vacunas lleguen pronto para librarnos de esta pandemia. Sin embargo, dejar que las expectativas manejen nuestra tranquilidad no siempre nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos.
Expectativas
Las expectativas que no se cumplen influyen en cómo nos relacionamos con el mundo y con quienes nos rodean produciendo innumerables frustraciones. Esto ocurre cuando la realidad no se corresponde con lo que esperamos.Un ejemplo de ello es cuando nos recomiendan una película y al verla no nos parece tan buena, es posible que en ese momento nos sintamos decepcionados. Del mismo modo, cuando esperamos que nuestra pareja nos haga un regalo especial por nuestro cumpleaños y nos sorprende con algo sencillo, puede que nos molestemos simplemente por la idea que teníamos preconcebida.
Esta rigidez e inflexibilidad a la hora de interpretar la realidad hace que tengamos creencias muy negativas sobre lo ocurrido y nosotros mismos. Si nuestra pareja no nos hace ese regalo tan especial es que no nos quiere lo suficiente o no somos tan importantes o incluso pensamos que no nos lo merecemos. Cuanto mayor sea la expectativa, más alto tendremos que elevar el listón de las experiencias o de las relaciones para quedar satisfechos.
Sin embargo, tenemos la opción de actuar sobre nuestra manera de pensar para que juegue a nuestro favor y más en momentos tan complejos como los actuales que vivimos en pandemia.
¿Cómo manejar las expectativas en pandemia?
Confianza
En primer lugar, necesitamos confiar, pero sin expectativas concretas. Ilusionarnos sabiendo que los planes pueden tener que posponerse por nuevas restricciones. Tener en cuenta siempre que necesitamos de ilusiones para seguir motivados y levantarnos con fuerza cada día. Sabemos que la pandemia va a pasar puesto que no hay nada que dure eternamente. Lo que ocurre es que no sabemos cuándo.Tenemos que aceptar la incertidumbre como parte de esta realidad que estamos viviendo juntos: no podemos saber cuándo se conseguirá inmunizar a toda la población, cómo afectarán las nuevas mutaciones del virus, ni si la vida volverá a ser como era.
Sin embargo, lo que si sabemos y por lo tanto merece la pena poner en ello nuestra atención es que si depositamos toda la esperanza en una fecha y, por cualquier motivo, no se consigue el objetivo, caeremos en la frustración. Sabemos que el final de la pandemia sucederá tarde o temprano, vamos a ser vacunados y es mucho mejor no obsesionarse con una fecha ni depositar nuestra felicidad en ese momento. Necesitamos ir creando momentos de felicidad día a día y sobre cosas que si podamos controlar.
Agradecer
En segundo lugar, utilizar el agradecimiento como sustituto de la frustración. Darnos un momento para agradecer los pequeños detalles que nos ofrece el día a día sin esperar a recuperar nuestra felicidad cuando estemos todos vacunados, podamos viajar, no llevemos mascarillaDe esa manera valoraremos lo que nos sucede sin estar influidos por un pensamiento previo. Esto no significa anular nuestros sueños o ilusiones, que pueden actuar como un faro en nuestras decisiones. Lo que no podemos es relacionar nuestra felicidad con que sucedan ciertas cosas que no dependen de nosotros. Si soltamos esa carga, podremos vivir la pandemia con mayor tranquilidad y estabilidad.
¿Un psicólogo puede ayudarme a manejar la incertidumbre y expectativas?
Desde Psicólogos Málaga PsicoAbreu podemos ayudarte si tienes dificultades a la hora de manejar tus expectativas y la incertidumbre que supone esta pandemia. Puede ser que no nos demos cuenta y tengamos una forma de pensamiento mágico que nos lleva a tener creencias de que el mero deseo lleva a que ocurran las cosas. Si esto es así, no dudes en contactar con nosotros para ayudarte a aprender a tener una forma de pensar que te produzca mayor paz y tranquilidad.5 / 5 ( 1 voto )