¿Son lo mismo?
Veámoslo:
La imaginación es la capacidad para recrear en la mente algo que no existe: una situación, un objeto? Es decir, que imaginar tiene mucho que ver con la capacidad para fantasear, para soñar despierto, para experimentar con el pensamiento. Por ello, sin imaginación no son posibles ni la creación artística ni tampoco el progreso: no olvidemos que para ser un gran inventor no basta con ser un buen técnico?
En cambio, la creatividad es la capacidad de elaborar algo nuevo, diferente y relevante para cada situación. Es la aptitud para encontrar una solución a un problema, para encontrar los medios para lograr un fin. En este sentido, se puede decir que una persona creativa es una persona resolutiva.
Por tanto, queda claro: imaginación y creatividad no son lo mismo. Pero es que además:
Primero, no es menos cierto que la imaginación por sí sola tampoco es suficiente para ser un gran creador, sino que hay que desarrollarla con voluntad y esfuerzo.
De la misma manera, en segundo lugar, una persona creativa puede ser más eficiente que otra muy inteligente:
el creativo es más listo, tiene una inteligencia más práctica, más adaptativa.
¿Dónde hemos dejado nuestra imaginación?
La etapa más imaginativa del ser humano es, por supuesto, la infancia. El juego, la curiosidad, la capacidad para ver las cosas tal cual son, sin interferencias? es lo que permite que nuestra imaginación brote.
Por desgracia al llegar a la etapa adulto en mayor o menos medida todos perdemos esa capacidad. Nos enseñan a ser racionales y prácticos, y acabamos por olvidarnos de aquello que, reconozcámoslo, nos hacía disfrutar.
Por eso cuando tenemos niños y compartimos juegos con ellos, en parte recuperamos un poco de esa etapa. Es más ¡debemos aprovechar esa oportunidad para volver a ser un poco niños, a dejar volar nuestra imaginación!
Y por eso mismo también, cuando nos jubilamos, recuperamos esas aficiones de la infancia que habíamos dejado a un lado para concentrarnos en el trabajo.
¡No esperemos tanto!
Reservemos aunque sólo sea una pequeña parte de nuestro tiempo, para el lado creativo de nuestro cerebro.
Cosas que nos pueden ayudar a ser más imaginativos:
Bailar, tocar algún instrumento musical, dibujar, pintar?
¿Sabías que el gran Matisse estudió Leyes y trabajó en un despacho hasta que una apendicitis lo mantuvo convaleciente en cama durante un año? Nunca había pintado hasta entonces que, para distraerse, alguien le trajo unas pinturas y un bloc de dibujo?
Quiero decir con esto que todos tenemos habilidades ocultas que sólo están esperando a que les demos una oportunidad. Eso sí:
1º.- NO temas al fracaso, ni a las críticas.
2º.- NO seas perfeccionista.
Una cosa es la calidad y otra que por miedo a no hacer un trabajo excelente o genial te quedes a medias o lo dejes. Además, hasta los más grandes tienen obras mejores que otras?
3º.- NO reprimas tus sentimientos.
Exprésate tal cual eres, porque no tienes que complacer a nadie.
4º.- Y no por ello menos importante: NO te subestimes
¿Dónde está la diferencia entre un Picasso o un Van Gogh?
El primero obtuvo el éxito y el reconocimiento en vida; el segundo, en cambio, nunca consiguió vender un cuadro?
Sin duda sus niveles de autoestima eran muy diferentes aunque la imaginación de ambos está fuera de toda duda?
¿O quizá será porque tampoco eran igual de "creativos", por no decir "listos"?
Os espero en nuestro próximo post:
"¿Cómo ser más creativos?"
póster creado por Adarve Photocollage, retoque fotográfico
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