¡Ya llegó agosto! Y con él, las vacaciones para muchos. Queremos darte la bienvenida a este mes, hablando de hidratación, ya que nuestro cuerpo es casi un 80% agua.
Nuestro organismo es sabio y necesita humedad. Cuando nuestra alimentación no contiene agua, el cuerpo la obtiene de cualquier fuente de líquido de nuestro sistema ( de la sangre, del líquido celular, líquido intracelular, e incluso de las heces o la orina). Cuando esto ocurre, nuestra salud física y mental se ve afectada, ya que se acelera el proceso de envejecimiento.
Efectos de una buena hidratación
1. Mejora la digestión.
Un remedio naturista económico y sencillo para prevenir el estreñimiento, es beber un vaso (o dos) de agua, en ayunas, todos los días. Cuando estamos deshidratados, una de las consecuencias es no poder ir al baño en días y como resultado: el estómago se siente hinchado debido al crecimiento excesivo de bacterias que no están siendo evacuadas de nuestro intestino. Además el agua es la base de la saliva y sin una buena masticación (donde el alimento se mezcla y pre-digiere con las enzimas de la saliva), no pueden hacerse buenas digestiones.
2. Desintoxica el cuerpo.
Sin la suficiente agua, nuestros riñones no pueden trabajar bien. Su labor es la de filtrar toxinas, sales y agua de la corriente sanguínea al exterior. El agua arrastra con la ayuda de los riñones todo lo que no necesitamos pero si el cuerpo está deshidratado, los riñones no pueden funcionar adecuadamente.
Tras una noche de diversión con mucho alcohol, una cena con demasiados platos salados y salsas, lo mejor es beber mucha agua al día siguiente.
El cuerpo siempre trata de equilibrarse y el agua es su mejor aliada.
3. Mantiene la piel joven e hidratada.
Cuando nuestro organismo está hidratado, nuestras células también lo están y la piel lo nota. El verano y el invierno son dos estaciones en las que la piel sufre (demasiado sol o demasiado frio). Beber 2L de agua al día, consumir alimentos crudos ricos en agua (frutas, ensaladas, gazpachos…), moderar el consumo de alcohol (deshidratador por excelencia), nos ayudará a mantener la hidratación desde el interior. Si además usas una buena crema o aceite hidratante, ¡la combinación es perfecta!
4. Regula el apetito.
¿Tienes constantemente hambre? ¿o antojos de azúcar o trigo? Trata de beber un vaso de agua primero. A veces cuando tenemos hambre lo que ocurre realmente es que tenemos sed.
Si además tienes exceso de peso, te interesará saber que el agua actúa como supresor del apetito. Una merienda perfecta para las tardes calurosas puede ser un refresco casero. Añade al agua con hielo zumo de limón, hierbabuena, fresas cortadas o granos de granada (según temporada).
¡Verás que refresco mas saludable! Eso sí, sin azúcar. El objetivo es hidratarse.
5. Tu salud lo notará
El agua es fuente de vida y nuestra sangre es un 90% agua. Gracias a la cual, transporta oxígeno & nutrientes a las células y envía toxinas & desechos a los órganos excretores. En deshidratación, la sangre se vuelva más espesa y más difícil de bombear a través del sistema circulatorio (esto puede tener un grave impacto en la presión arterial y en personas con enfermedades del corazón).
La falta de agua también está vinculada a los dolores de cabeza, migrañas, dolor/tensión en músculos y articulaciones. Incluso puede provocar dolores de estómago y empeorar la acidez.
¿Cuánta agua se necesita para tener una salud de hierro?
En general, se necesita alrededor de 2 litros de agua al día. Aunque es posible que necesites más si vives en una zona de clima más cálido o seco. Si habitualmente tomas alimentos salados, snacks, frutos secos, café, té, alcohol o refrescos de cola, debes beber mas agua para contrarrestar el efecto deshidratante y diurético.
Si estás embarazada o estás amamantando necesitarás beber mas cantidad de agua. Un truco: deja botellines o jarras de agua en tus rincones habituales (dormitorio, cerca de ese sillón que tanto te gusta…). Lo suficientemente cerca como para poder alcanzarlas con la mano.
Así no tendrás que levantarte cada vez que tengas un poco de sed. Muchas veces no nos damos cuenta de lo incómodo que puede ser para una mujer embarazada o recién parida levantarse constantemente a por agua. Muchas mujeres prefieren esperar a tener mucha sed antes de hacer tal esfuerzo o antes de pedir que les acerquen un vaso de agua. ¡Cuesta muy poquito facilitarles el trabajo!
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