Gran cantidad de personas pasan su vida sumidas en la rutina, haciendo las cosas de forma automática. En una sociedad caracterizada por las prisas nos hemos visto obligados a aprender a vivir de forma inconsciente. Nos movemos y funcionamos como si fuéramos autómatas. La vida se desarrolla con nuestra participación pero sin nuestra consciencia.
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Vivimos como autómatas
Nos levantamos por la mañana y comenzamos el día pensando en lo siguiente que tenemos que hacer. Momento tras momento, nos movemos a través de nuestra rutina sin poner atención la mayoría de las veces. Si nos estamos duchando, ya pensamos en lo que haremos durante la mañana. Cuando llega la media mañana, nos trasladaremos mentalmente a lo que tengamos que hacer a medía tarde, y así sucesivamente.
Debido a esta forma automática de vivir, cada día que pasa nos sentimos un poco más perdidos y más ajenos a una vida llena de paz y felicidad. Cada día son más las personas que se quejan de sensación de vacío, de tristeza sin causa, de angustia. Y es normal, cuando vivimos de forma inconsciente y de espaldas a nosotros mismos la vida pierde su brillo. La buena noticia es que esto tiene una fácil solución. Es posible convertir tu rutina en toda una fiesta. Solo necesitas ser capaz de vivir de una manera consciente y para ello serenar tu mente a través de la meditación.
Comienza el día meditando
Todos tenemos hábitos que relacionamos con el hecho de comenzar un nuevo día. En general, el hecho de ir al baño, ducharnos, vestirnos y desayunar, son los hábitos más comunes. Sin embargo, son pocas las personas que dedican unos cuantos minutos al encuentro consigo mismos.
El hábito meditar al comenzar el día, es una práctica que, dentro de su sencillez, nos proporciona una tonalidad muy diferente a la rutina de nuestro día.
De la misma manera que nuestro día será muy diferente en función de la ropa o el peinado que elijamos, también el llevar una mente serena, hará que las situaciones que se nos presenten sean gestionadas de diferente manera. Nuestra apariencia física será nuestra tarjeta de visita, de la misma manera que lo serán la paz y la tranquilidad que emanemos gracias a la meditación.
Muchas personas acostumbran a poner la alarma de su despertador para que suene varias veces. ¿Por qué no te acostumbras a levantarte a la primera y dedicar esos minutos a conectar contigo mismo? Si lo consigues un par de días, te aseguro que notarás la diferencia en la calidad del día y no dejarás de hacerlo.
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Procura dedicar 15 o 20 minutos a practicar el silencio al levantarte. Encuentra un sitio en el que no seas molestado y que tenga luz tenue y pocas posibilidades de ruido. Comienza concentrando tu atención en la respiración. Observa el sonido del aire entrando y saliendo de tu cuerpo. Procura que la respiración sea profunda al principio. Después deja que se normalice su ritmo.
Una vez que tu sensación general sea de tranquilidad, comienza a observar tus pensamientos. Comenzarán a llegar distintos pensamientos a tu mente. No te dejes llevar por ellos, simplemente obsérvalos y deja que pasen. Mantente haciendo esto sin importar cuántos o qué tipo de pensamientos aparezcan. Solo observa. Conviértete en el testigo de tu mente.
Cuando haya transcurrido el tiempo estipulado, vuelve a respirar profundamente unas cuantas veces y, poco a poco, vuelve tu atención al momento presente.
Con esta sencilla práctica podríamos decir que habrás dado una ducha interior a tu mente, que te permitirá afrontar el día desde una perspectiva completamente diferente.
Pequeños ejercicios de mindfulness para el resto del día.
Además de la meditación de la mañana, existen pequeños ejercicios que puedes llevar a cabo para conservar la paz que hayas conseguido con la meditación.
La serenidad y la armonía serán la tónica general en todas las situaciones a las que te enfrentes si practicas estas técnicas. La angustia, la tristeza o la agresividad son emociones que pasarán a la historia si introduces la meditación y el mindfulness en tu día a día. Desayuna conscientemente: Después de tantas horas de ayuno nuestro sistema digestivo aún se encuentra aletargado y perezoso. No podemos “volcar” el desayuno de forma automática y salir corriendo a trabajar. Intenta sentarte a desayunar tranquilo. Mastica despacio y sé consciente de cada bocado que te llevas a la boca. Te aseguro que no te llevará mucho más tiempo y la digestión y asimilación de nutrientes será mucho más eficiente. Además mantendrás la misma energía armoniosa que generaste en la meditación.
Haz pequeñas pausas: Cada dos o tres horas haz una pequeña pausa de 2 o 3 minutos. Simplemente, siéntate y respira. No hagas nada más. Permite que un por un rato la inactividad tome el mando. Solo respira.
Chequea tu cuerpo: Este ejercicio le puedes hacer mientras esperas el autobús, sentado en el metro, o simplemente en la silla donde te sientes en tu puesto de trabajo. Se trata de entrar en contacto con tu cuerpo. Observa como te sientes por dentro, ¿Hay alguna tensión? ¿Te sientes cansado? Se consciente de las sensaciones agradables o desagradables que sientas pero no las juzgues. Solo date cuenta de que las sientes. Conviértete de nuevo en el testigo.
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Si consigues dedicar parte del tiempo que antes utilizabas en pensar de manera repetida y compulsiva, en ser más consciente, te darás cuenta de que la rutina de cada día dejará de ser rutina para convertirse en una continua celebración. La vida vivida de manera consciente nos llena de tal manera que se llega a convertir en una fiesta.
Con un poco de voluntad y constancia serás el mago que diseña su propia vida. ¡Decide que así sea!
Y recuerda que cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de practicar el mindfulness, cuidar de nuestra mente, tal y como propone el método Crear Salud. Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Herramientas como la app Siente, que puedes descargarte aquí, pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.