Curva fuerza-tiempo
Ésta se entiende como la relación entre la producción de fuerza y el tiempo necesario para ello. Para conseguir la máxima fuerza posible, se necesita un tiempo. En muchas actividades, no se necesita conseguir la máxima fuerza sino que es importante conseguir una determinada fuerza en el menor tiempo posible. Por lo tanto, a la hora de entrenar, querremos mejorar esta capacidad y hemos de orientar el entrenamiento hacia esa mejora.
Dentro de la curva fuerza-tiempo se distinguen tres fases:
Fase inicial: Es la capacidad de manifestar fuerza en el inicio de la tensión o contracción muscular.
Fuerza explosiva: La zona donde se produce una buena relación entre el aumento de fuerza y el tiempo empleado para ello con el mejor IMF (Índice de manifestación de la fuerza), entendiendo el IMF como la relación entre la fuerza en newton y el tiempo en m/s.
Fuerza máxima: Que puede ser la isométrica si la resistencia es insuperable o la máxima dinámica si hay desplazamiento.
Con el entrenamiento de la fuerza se consigue incrementar la fuerza máxima aplicada y disminuir el tiempo necesario para conseguirla. Evidentemente, dependiendo del tipo de entrenamiento aplicado, se producirán unas adaptaciones de la fuerza. Ante un entrenamiento con cargas pesadas, se produce una mejora de la fuerza en grandes cargas, mientras que cuando se entrena con ejercicios explosivos, se produce la mejora en cargas ligeras.
Curva fuerza-velocidad
Ésta la componen los parámetros fuerza y velocidad, que se relacionan inversamente, es decir, a mayor fuerza menor velocidad. Como ejemplo, podemos ver que cuando lanzamos balones medicinales, a mayor peso, menor velocidad de lanzamiento.
Cuando entrenamos a un sujeto, nos interesa mejorar la fuerza hasta conseguir el nivel óptimo cada momento, teniendo en cuenta los principios del entrenamiento deportivo y la necesidad de alternar periodos de trabajo y descanso en vistas a permitir su adaptación de la manera más idónea. Los distintos deportistas y especialidades deportivas hacen que la curva fuerza-velocidad no sea igual en función de estas especificidades, lo que nos conduce a realizar los entrenamientos de fuerza teniendo en cuenta las dichas diferenciaciones, para así poder conseguir las adaptaciones más adecuadas a los requerimientos deportivos. Con el entrenamiento, tratamos de mejorar la curva fuerza-tiempo en su totalidad, es decir, conseguir mayor velocidad ante distintas resistencias.
La potencia se asocia a esta curva y se define como: el producto de la fuerza por la velocidad en cada instante del movimiento. La mayor potencia no se consigue ni con cargas muy ligeras ni con cargas muy pesadas, sino cuando se realiza el movimiento con cargas y velocidades intermedias. Según Tihany (1998) se distinguen en la curva f-v 3 zonas:
Zona de máxima fuerza y mínima velocidad: Potencia media o baja.
Zona de máxima velocidad y mínima fuerza: Potencia media o baja.
Zona de velocidad y fuerza intermedias: Potencia alta.
Hay que tener en cuenta que la potencia máxima que pueda generar un deportista estará en relación directa con el porcentaje de fibras rápidas (FT) y fibras lentas (ST). Las primeras, son más efectivas a generar potencia. Las fibras rápidas, desarrollan a todas las velocidades una potencia mayor que las lentas. El pico de potencia generado por las fibras rápidas es aproximadamente cuatro veces mayor.
Con la información explicada, completo los dos artículos sobre los factores de los que depende la manifestación de la fuerza. Espero que os sirvan de utilidad. No dudéis en preguntar.