Existen muchos tipos de enfados distintos. Las personas pueden discutir entre sí, distanciarse y luego reconciliarse. También es posible experimentar el enfado interior con uno mismo cuando nos sentimos decepcionados por alguna actuación que hemos tenido. Sin embargo, el enfado también puede mostrarse a través de un nivel de insatisfacción generalizado con la vida presente, que se traduce en tristeza, rabia, sensación de estancamiento y una filosofía de vida pesimista.
Cualquier persona puede haberse sentido enfadada con la vida en un momento de desilusión profunda y de expectativas rotas. En este tipo de situaciones, podemos situarnos en el rol de víctima pero en realidad, es mucho más constructivo cambiar el chip y pensar: “¿Qué puedo hacer yo para mejorar mi vida?
Consejos para dejar de estar enfadado con la vida
Existen etapas de alegría en las que parece que la buena suerte está de nuestra parte, pero también podemos vivir otras etapas de desánimo en las que las cosas no son tan agradables. Sin embargo, conviene tener una perspectiva esperanzada de las situaciones de dificultad para recordar que todo pasa y nada permanece. Ni las alegrías son eternas, ni las tristezas lo son aunque lo parezcan.
Conviene aprender a valorar los pequeños detalles del día a día. Cualquier persona tiene planes a largo plazo, sin embargo, es positivo mantener el equilibrio de vivir más pendiente del presente que del futuro. Los detalles más sencillos, por ejemplo, poder disfrutar de una deliciosa comida en el horario del mediodía es un agradable placer. Nuestro error es que con frecuencia no valoramos aspectos de la vida que realmente son muy importantes. Cuando a veces cometemos el error de no valorar determinados aspectos de la vida presente, conviene recordar que puede que algún día los echemos de menos si nos faltan.
Detrás de toda insatisfacción puede existir también un motivo de optimismo si aprendes a interpretar la realidad buscando aquel lado que te beneficia. Cuando te quejas por tu actual trabajo, puedes pensar en que sería peor no tenerlo. Del mismo modo, cuando una persona sufre por no tener pareja, puede intentar valorar que gracias a eso también tiene mayor tiempo para sí misma y mayor disponibilidad para quedar con los amigos.
Al igual que sucede cuando nos enfadamos con un amigo, en cualquier tipo de enfado lo más inteligente es hacer las paces. En este caso, es posible hacer las paces con la vida y optar por la reconciliación.
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