Hoy en día vivimos en un mundo frenético, todo se hace deprisa y corriendo, vamos justos a todas partes, para poder aprovechas hasta el último minuto de la actividad que estamos haciendo, queremos hacerlo todo en el menor tiempo posible, estar al tanto de todo lo que pasa.
Cada mañana al despertar ya estamos conectados con el mundo entero a través de redes sociales, sabemos hasta lo que están comiendo en el otro lado del mundo en este mismo instante, pero siempre nos falta tiempo.
Dicen que el tiempo es oro y así es como nos planteamos el día desde que suena el despertador, ese ir y venir sin descanso, nos hace a veces incluso hasta perder “el tiempo” de sueño, estamos tan cansados que literalmente no podemos ni dormir.
¿Qué está pasando, como podemos gestionar todo esto?
¿Qué podemos hacer para que los días duren más?
Tenemos tantas actividades que hacer que nos hemos visto sumergidos en un bucle de actividad que no nos deja parar y cuando lo hacemos sentimos que estamos desaprovechando los minutos, incluso educamos a nuestros hijos con el concepto de que tienen que estar todo el día ocupados, se levantan temprano, van al colegio, cuando salen tienen actividades extra-escolares, después deberes, baños, cenas y repetimos, lo mismo una y otra vez, cuando no tienen nada que hacer “se aburren”.
Ocupamos su espacio con televisión o con la Tablet, no soy contraria a utilizar las tecnologías, tablet, móviles ni nada así, pero si soy defensora de enseñar a los niños a pasar su tiempo sin depender de ellos, hay numerosos estudios que demuestran que el que un niño pasa un tiempo sin nada que hacer, aburriéndose, es algo que le hace desarrollar la imaginación y la creatividad, si estamos todo el tiempo ocupados no nos dejamos espacio para pensar, para imaginar, para fantasear o desarrollar ideas, a veces simplemente hay que aburrirse.
Lo primero que tenemos que hacer para saber gestionar nuestro tiempo de manera adecuada, (no hay una fórmula mágica) es preguntarnos si somos nosotros los que realmente lo estamos gestionando y si sabemos en que lo utilizamos.
¿Preguntas?
¿Cómo utilizas tu tiempo? ¿Sabes cuanto tiempo dedicas a cada tarea que tienes que hacer a lo largo del día? Cuando no te da tiempo a terminar algo ¿sabes porque no te ha dado tiempo?
¿Qué valor de das a tu tiempo?
¿Dejas que cualquier tema o persona interrumpa tu tiempo, tus tareas?
¿Das prioridad a contestar cada mensaje, ver redes sociales o revisar e-mails?
Lo primero que tienes que plantearte es marcar horarios para esas tareas, son pequeñas cosas que parece que se hacen en unos minutos, pero si lo observas verás que es algo que hacer varias veces al día, lo que al final supone “tiempo”, todo eso no va ha desaparecer, los mensajes, e-mails, redes sociales y demás cosas van a seguir estando ahí a lo largo del día, marca un tiempo para dedicarles y no te salgas de ese tiempo.
Cuando tengas claro que tu eres quien decide sobre tu tiempo y como invertirlo, será mucho más fácil gestionarlo, así que ahora vamos a ver como lo hacemos.
Marca tus objetivos y prioridades.
Fíjate en como estas usando el tiempo y como te gustaría realmente usarlo
Decide que es lo más prioritario
Usa la agenda para escribir tu planificación
Ten en cuenta que siempre existirán distracciones.
Ves eliminando de la agenda, tachando o marcando las tareas que hayas acabado.
Controla los tiempos
Procura que las tareas que has marcado no duren más de 1 hora o intenta dividirlas en varios días si son muy largas.
Deja siempre un espacio de tiempo para los imprevistos, si estos no surgen siempre puedes aprovecharlo para darte un descanso.
Marca un tiempo para ti, para descansar, para leer un rato, para revisar viejas fotos, o tomarte un café.
Obsérvate, hay personas que prefieren madrugar para aprovechar la mañana porque se sienten con más energía, en cambio hay otras que prefieren quedarse hasta tarde para aprovechar la tranquilidad de la noche, busca tu momento.
La gestión de todo esto es algo que personalmente me ha costado bastante, así que espero que estas pautas te ayuden.
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