Gracias a la práctica del mindfulness los niños pueden aprender a tener una mejor conexión con ellos mismos, para que presten una especial atención a los olores, al contacto con otros niños, a los sonidos bellos de la naturaleza y al impacto visual que genera un bonito paisaje. La idea es que se concentren en sus sensaciones para que las vivan de una forma más relajada.
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Cada ejercicio propuesto desde la práctica del mindfulness para niños tiene como objetivo ayudar al niño a reestablecer su contacto con el mundo y sus sensaciones, para que se hagan más conscientes de cada vivencia y adopten una actitud positiva hacia el momento presente. Aunque los niños son especialistas en vivir y disfrutar del momento presente, el aquí y el ahora, es necesario que practiquen y lo establezcan en sus vidas como un hábito, puesto que a la larga se va perdiendo este gran potencial si no se ejercita.
Estos ejercicios de mindfulness están especialmente adaptados para los niños. Como sabemos, la teoría no es lo más importante, lo más relevante es la práctica, y a través de unos ejercicios sencillos y divertidos nuestros hijos podrán adquirir hábitos que les generen un mayor bienestar. La vida adulta, llena de preocupaciones, de estrés y ansiedad, afecta a menudo a la vida de los más pequeños. Si los preparamos ante estas circunstancias, les proporcionaremos recursos para que afronten las adversidades de un modo más relajado y positivo.
Estas técnica que te vamos a presentar puedes llevarlas a cabo con niños de ente 5 y 10 años de edad. Si los niños tienen más edad se puede aumentar el tiempo del ejercicio, pero es importante que tengamos en cuenta que hay que adaptar cada ejercicio a sus necesidades. Estos ejercicios se pueden practicar tanto en casa como en el colegio, con una duración aproximada de 10 minutos, dos o tres días a la semana.
Ejercicio de la mente atenta: “La ranita”
A través de este ejercicio comprobaremos como el mindfulness para niños es algo importante, que les aporta muchos beneficios. En esta práctica les mostraremos la postura de la meditación, una postura sin tensiones y con la espalda recta sin que esté rígida, para que puedan ir aflojando y relajándose. Esta misma postura es la que habrá que adoptar en los siguientes ejercicios.
Practicando “La ranita”
En la mente atenta, con el ejercicio de “la ranita” les enseñaremos a fijar su atención en la respiración. La actividad consiste en permanecer atentos y quietos como una rana. Les enseñaremos a nuestros hijos o a los niños con los que hagamos el ejercicio que la rana es un anfibio, que al igual que puede dar grandes saltos también puede quedarse muy quieta, observando todo lo que pasa a su alrededor, sin intervenir.
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Explicar, que vamos a ser como una rana durante este ejercicio, y que al respirar nuestras barrigas se hinchan cuando cogemos aire, y se deshinchan al expulsarlo: “Vamos a permanecer como una ranita sentados quietos y respirando como ella, hinchando la barriga cuando cogemos aire y deshinchando cuando expulsamos el aire. Al igual que la ranita permanecemos quietos y no nos dejamos arrastrar por los planes interesantes que se nos pasen por la cabeza”.
Con esta técnica los niños aprenden a ser más pacientes, a no dejarse llevar por los impulsos, y a mantener la calma. Comprenderán a su vez la importancia que tiene la respiración para poder permanecer en este estado. El tiempo y el lugar donde se realice este ejercicio, al igual que los demás ejercicios, es importante que sea siempre en el mismo lugar y a la misma hora, y es mejor acordarlo con los niños para que se comprometan a hacerlo.
Ejercicio de atención a la respiración: “La abeja”
Este ejercicio está especialmente indicado para que los niños aprendan a atender y concentrarse en su respiración. Lo que les provocará que puedan serenarse y disminuir su alta frecuencia cardíaca.
Practicando “La abeja”
Tras ponernos en la posición de meditación, damos las siguientes indicaciones para practicar este ejercicio de mindfulness para niños: “Vamos a taparnos las orejas con los pulgares, uno en cada oído, y apoyamos el resto de la mano en la cabeza. A continuación lo que vamos a hacer es cerrar los ojos e imitar la respiración de una abeja Zzzzzzz. Una vez cogido el aire, al soltarlo vamos hacer este zumbido”.
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Este ejercicio permitirá que se centren en la respiración y presten una especial atención a cómo cogen el aire y cómo lo expulsan.
Cantar mantras
A los niños les encanta cantar, y si lo hacemos como ejercicio seguro que se van a divertir, además de estar practicando mindfulness. En los mantras se emplea la misma estrategia que las canciones y los mensajes de televisión. Aunque estos mensajes que se adentran en nuestro subconsciente son más positivos y saludables. A pesar de que desconozcamos el significado de lo que quiere decir el mantra, su sonido puede ejercer igualmente el efecto en nosotros.
En este caso vamos a inventar nuestros propios mantras con mensajes positivos como:
Me quiero mucho.
Me siento contento y feliz.
Quiero a mis padres y a mis amigos.
Pedir perdón me hace estar mejor.
Soy digno de amor.
Merezco sentirme feliz.
El juego consiste en que los niños formen un círculo y hagan una ola de mantras. Se les puede apuntar las frases y que cada uno diga una palabra de la frase, y al decir la palabra unan sus dedos. Hay que indicarles que es importante que no se pierda la atención, que conforme un niño termine la palabra tienen que continuar con la siguiente, consiguiendo un efecto de ola de mantras.
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Repetir todos juntos estas frases positivas, en una posición relajada y un tiempo dedicado a esto, ayuda a que los niños incorporen estos mensajes en su subconsciente para reforzar su estado de ánimo. Este ejercicio provoca sensaciones agradables, y es muy efectivo para provocar pensamientos positivos. A los niños les encanta, mientras juegan y cantan están adoptando una actitud positiva.
Estos ejercicios de mindfulness para niños, tal y como podremos comprobar, sirven como estrategia para que los niños hagan una mejor gestión de sus emociones, aumenten y refuercen su actitud positiva ante la vida, y aprendan el valor de la calma y la serenidad a través de la respiración.
En conclusión, adoptar un estilo de vida saludable en casa nos servirá, no solo para cuidar de nuestra salud, sino también de la de nuestros hijos. Por esa razón te animamos a conocer el método Crear Salud, que te ayudará a establecer nuevos hábitos en tu día a día, no solo para que empieces a meditar, sino para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.
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