Mindfulness y meditación, ¿estamos hablando de lo mismo?
Este concepto se diferencia de la meditación. El mindfulness ha sido definido como atención plena, una cualidad de la mente que todas las personas tienen y que necesitan volver a recordar. De hecho, el objetivo de un curso mindfulness es entrenar las habilidades que están dentro de uno mismo, pero que se han olvidado.
En cambio, para la cultura occidental la meditación aparece como una idea exótica e incluso con tintes esotéricos, lo que hizo que Kabat Zinn la adaptar a través de una de sus cualidades, que es el mindfulness o la atención plena.
De forma que practicar mindfulness es meditar también, pero de manera más sencilla y accesible. Es más, podría considerarse como un paso previo para en efecto, poder realizar la meditación.
Para hacerlo aún más fácil, y abordar el gran problema que presenta el mundo occidental, Zinn crearía el Programa para la Reducción del Estrés de la Universidad de Massachusetts, en la cual es profesor emérito de medicina, y un importante experto en meditación zen, yoga y budismo.
La práctica del mindfulness no guarda ninguna relación con poner la mente en blanco, ni con dejar de sentir emociones, aislarse, buscar la felicidad, escapar del dolor ni pasar de una actividad a otra sin prestar atención.
Entonces, ¿qué significa el mindfulness?
En el idioma pali, el mindfulness es sinónimo de atención plena, atención, recordar, atención, recordar, y atención al momento presente, libre de juicio y con aceptación total. Esta práctica ayuda a ver y aceptar las cosas tal como son, atenuando la preocupación del ego, que es la principal fuente de sufrimiento. También contribuye a descubrir la riqueza de cada momento, y a tener libertad de actuar con habilidad en la vida.
Todo ello aporta bienestar, ayuda a entrenar la mente para “dejar de ser”. No se puede evitar que ocurran cosas desagradables, pero el mindfulness ayuda a elegir qué posición y perspectiva adoptar para no sufrir.
Los principales fundamentos de esta práctica
De los fundamentos del mindfulness, se pueden destacar los siguientes: no juzgar, tener paciencia, mente de confianza, confiar para aprender a escuchar al corazón, la mente y el cuerpo con atención, no esfuerzo, aceptación, humor para contrarrestar la tensión ante las experiencias desagradables y cariño y ternura, especialmente a la hora de acercarse a experiencias dolorosas.
La respiración es un aspecto clave en el mindfulness. La atención en la respiración funciona como base, como hilo conductor y trasfondo de cualquier práctica de mindfulness, según los especialistas. Si bien no es sencillo estar varios minutos pendientes de la respiración, con la práctica se consigue. En todo caso, los testimonios de personas que han realizado esta disciplina corroboran que realmente funciona.