La primera duda que nos asalta es como saber si nuestros hijos son introvertidos o extrovertidos. En plano general la conducta de un niño introvertido y la de un adulto introvertido es bastante parecida. Con la salvedad que un niño de 5 años es totalmente incapaz de gestionar tu introversión para con el resto del mundo.
La introversión no tiene por qué ser algo hereditario, aunque bien es cierto que los genes tienen mucho que ver sobre nuestras conductas. Perfectamente podemos encontrar niños introvertidos cuyos padres sean extrovertidos. Esto nos conducirá a una situación algo compleja, puesto que muchos padres no saben cómo gestionar la introversión de sus hijos.
Los padres suelen asustarse y preguntarse, por qué sus hijos no tienen la facilidad que ellos tenían para relacionarse en la guardería, en el parque o incluso en los primeros años de colegio. Pronto se empezaran a preguntar si sus hijos tienen algún problema, cuando los ven desde una edad muy temprana absortos en sus pensamientos, jugando siempre solos o mirando desde fuera como otros niños juegan.
No debemos de caer en la idea de que el niño tiene un problema psicológico y que debemos tratar de arreglarlo. Esto no haría más que agravar su introversión, puesto que todo lo que nos suceda en nuestros primeros años nos marcaran para el resto de nuestra vida. Sin olvidar que son esos primeros años en los que todo suele darnos mayor vergüenza, y hasta los niños más introvertidos necesitan un sentimiento de pertenencia al grupo. Lo último que busca un niño introvertido es destacar.
El mejor consejo para estos niños es simplemente respetar su manera de relacionarse con el mundo. No van a ser niños infelices, puesto que lo que puede dar la felicidad para personas extrovertidas no tiene por qué ser lo mismo para personas introvertidas. Aunque tampoco tenemos que dejarlos solos ante el mundo. Como tampoco lo haríamos con niños extrovertidos. Debemos aconsejarlos, esto siempre nos será más fácil si nosotros también somos introvertidos, ya que podemos poner de ejemplo nuestras propias experiencias.
Pero seamos introvertidos o extrovertidos. Hay unas normas básicas que debemos enseñarles para relacionarse con otros niños. Siempre será mejor hacerlo con grupos pequeños, y no caer en la tentación de mandarlo de campamento o apuntarle a algún deporte de grupo que quizá odie. La forma más adecuada de actuar es no presionándole para que se convierta en una persona extrovertida. Sino dejarle que poco a poco se vaya abriendo al mundo a su ritmo.
Descubriendo la introversión, en amazon por sólo 2,99 euros.