Después de la Navidad en la que la comida es protagonista y nos sentimos tentados por los turrones y los polvorones, es importante pararse a pensar en si estamos excediéndonos con un ingrediente que nos resulta sumamente atrayente porque estimula nuestra hormona de la felicidad y que, además, es adictivo: el azúcar.
A continuación te vamos a explicar algunos trucos que te van a servir para descubrir fácilmente si estás comiendo más de la cuenta para que puedas ponerte manos a la obra y frenar. No te preocupes, aún así puedes permitirte un trozo de roscón de Reyes.
-Siempre te apetece dulce
La ingesta de dulce es un círculo vicioso: cuento más comes, más te apetece. ¿Por qué? Es sencillo, se trata de algo parecido a lo que ocurre con la droga: nuestro cuerpo cada vez necesita consumir más para conseguir el mismo efecto. Al subidón de azúcar le sigue un bajón en el que nuestro cuerpo vuelve a pedir más para volver a sentir esa sensación de euforia.
-Te falta energía
Durante todo el día notas que careces de niveles de ánimo y energía estables. Al consumir demasiado, tienes subidas y bajadas de azúcar que derivan en altibajos de energía. La única forma de tener una energía estable es tener un nivel de azúcar estable.
-Te distraes más fácilmente
Un desequilibrio en el nivel de azúcar lleva a problemas cognitivos que se traducen en despistes durante los momentos en los que el nivel de azúcar el bajo. Los demás te notarán despistada y cometerás más errores.
-Estás de peor humor
El bajón de azúcar te genera inestabilidad y eso te hace sentir enfadada. Además, al sentirte débil y con poca energía, tu mal humor será aún más acusado.
-Todo te sabe menos dulce
Una vez más hablamos del círculo vicioso del azúcar. Cuanto más consumimos, más necesitamos para conseguir el mismo sabor. Trata de reducir la ingesta, al principio sufrirás pero irás notando que cada vez necesitas menos azúcar para conseguir ese efecto tan satisfactorio que provoca en nuestro cuerpo.