¿Siempre tienes hambre?, ¿desayunaste y quieres ir a la maquinita de snacks a las pocas horas de comenzar a trabajar?; ¿te dan bajones de energía al final de la mañana y ya te anda por que sea la hora de comer y durante la tarde el mismo escenario?.
Ésta es una descripción de que tu cuerpo está quemando azúcar. A las pocas horas después de comer ya tienes hambre de nuevo; a menudo te sientes de mal humor, cansado e irritable; batallas mucho para bajar de peso y por último, lo peor: !tienes panza! es un ciclo vicioso que sucede con las bajas de azúcar frecuentes, que hacen que nuestro cuerpo quiera ¡más azúcar!.
Si te sugiero que comas cada 4 a 6 horas, y que ya no comas nada después de la cena. Me preguntarás: ¿y mi snack de la noche? ¿ya no puedo comer mis palomitas, chocolate, helado o un antojito antes de irme a dormir?. Esto es una señal de que estás quemando azúcar, así tal y como suena. Tu cuerpo necesita glucosa como combustible, eso suena ideal, pero también significa que tu cuerpo no llega a tus reservas de grasa para buscar este combustible ¿para qué?, si le estas dando constantemente abastecimiento de carbohidratos.(es como el chamaco malcriado al que le dás todo y se hace flojo. ¿Qué hago? dirás, convertirte en un quemador de grasa, que literalmente significa que tu cuerpo cambia y en vez de tomar su combustible principal del azúcar, lo va a tomar de la grasa y así de repente ya no necesitas estar comiendo cada 2 horas; tus hormonas trabajarán contigo y te ayudarán a bajar de peso y a mantenerte delgado; descubrirás como es sentirse satisfecho otra vez.
Hacer que tu cuerpo sea un quemador de grasa es tu arma secreta contra los antojos y contra morirte de hambre, y a favor de una quema de grasa duradera.
¿La clave para convertirte en un quemador de grasa? Reducir el azúcar de todas tus comidas. El impacto al reducir el azúcar en tu dieta, reajustará el hábito tóxico de tu cuerpo de llenarlo rápido de combustible. Lograr esta transición significará que ya no quemarás más azúcar.
Si centras tu dieta en grasas buenas y limpias (aguacate, nueces, almendras, aceite de oliva, etc.) y proteína magra (desgrasada), quemarás regularmente y tendrás más energía a lo largo del día, incluso ¡mientras duermes!
Tal vez pienses que pasar de una ricas galletas a una rebanada de pavo no funcionará, pero si ya lo has hecho antes, sabes que te sientes de la patada, el retirar o sacar algo de tu dieta provoca un desplome y quieres devorar una pizza o una bolsa entera de chocolates.
Una vez que disminuyes y sacas el azúcar, ocurren cosas dramáticas. Puedes pasar más horas entre comidas; mantener estables tus niveles de azúcar; lo que significa no más subidas y bajadas como montaña rusa; normalizas tus niveles hormonales esto es, tu cerebro recibe el mensaje y deja de comer; de repente pruebas la dulzura natural de unas almendras tostadas o de unas colecitas de Bruselas; tus jeans comienzan a quedarte flojos, y !aguas! porque también comienzan los piropos, y lo mejor de todo que tú puedes hacer este cambio en cuestión de semanas.
Si te hiciste un poco más consciente del impacto del azúcar en tus alimentos comparte tu valiosa opinión.
Mil gracias y recuerda q durante esta temporada y durante el resto del año el balance es primordial.
¡Hasta la próxima!
Diseño de fotografía: PUBLICART