¿Qué es el polen?
El polen, producido por las plantas, es un diminuto granito que está cargado de células fecundadoras del vegetal. Vuelan hasta encontrar los órganos femeninos de otra planta de su especie. De esta manera queda polinizada.
Una sola planta es capaz de lanzar miles de granitos de polen al ambiente. Se distingue cuando aún está en la flor, de color amarillo. Cuando el polen se disemina en el aire resulta invisible. Millones de pequeñas partículas se esparcen y entran en contacto con nuestro aparato respiratorio.
Cómo llega la reacción alérgica
El contacto con nuestro sistema respiratorio es la acción que produce más respuesta. No obstante, para quienes son alérgicos a los agentes polinizadores, también el contacto con la piel, los ojos o las mucosas provoca síntomas de distinta severidad.
La reacción alérgica llega como un “error” del sistema inmunológico. El organismo detecta el alérgeno. El sistema inmunológico hace todo lo posible por neutralizar el “ataque” exterior. Para ello comienza a liberar sustancias para expulsarlo. Entre ellas está la histamina, causante del picor de ojos, el lagrimeo, los mocos y los estornudos.
En España, las plantas que producen más brotes de alergia son las gramíneas, las cupresáceas y platanus. Las enormes extensiones de plantación y que cada grano tiene su época de floración, hace que su rango de acción se extienda durante meses.
Existen otras plantas y árboles que provocan reacciones alérgicas en nuestro país. La parietaria, el abedul y el aligustre son algunos de ellos. Pero, sin duda, el árbol que más alérgicos provoca es el olivo.
Se estima que más del 17% de la población es alérgica al polen. Por ello se ha publicado un calendario de polinización, que puede resultarte muy útil.
Síntomas de la alergia al polen
La sintomatología de la alergia al polen, a menudo se confunde con la de un resfriado o una gripe. Su tratamiento, en cambio, no tiene nada que ver.
La alergia al polen puede cursar con un sinfín de efectos secundarios. No quiere decir que tengas que padecerlos todos para que seas calificado como alérgico. A veces basta con que sufras uno de ellos.
Su virulencia va a depender de tu grado de intolerancia. Por regla general, los síntomas más comunes son:
Estornudos y rinitis, con nariz congestionada o exceso de mucosidad
Picor de ojos, garganta, oídos y nariz
Lagrimeo, enrojecimiento del ojo y conjuntivitis
Tos, asma bronquial, opresión en el pecho, dificultad para respirar
Inflamación de las mucosas de la nariz y de los bronquios
Dolor de cabeza, migrañas
Dificultades para conciliar el sueño y cansancio
Si notas que las cosas se complican y van más allá de simples estornudos o picor de ojos, no dudes en acudir en seguida a tu médico. Mientras tanto, puedes controlar tu salud respiratoria con el diario de salud respiratoria de Zensei y descubrir que polenes provocan tus síntomas.