La causa principal de la aparición de la polinosis es el polen generado en las plantas que al propagarse a través del aire entre en contacto con las mucosas expuestas a él, es decir, ojos, nariz y boca, produciendo procesos respiratorios como rinitis o asma, es lo que se conoce como reacción alérgica.
Como se ha dicho ya, la polinosis puede afectar a varios órganos provocando diferentes síntomas, entre los cuales están:
- Nariz: produce una inflamación, caracterizada por estornudos, picor, congestión, secreción y obstrucción nasal.
- Ojos: provocando conjuntivitis, que unido al picor del paladar, de garganta y de oídos se conoce popularmente como ‘fiebre del heno’.
- Pulmones: produce tos, dificultad para respirar, sensación de opresión torácica y pitidos, es el llamado asma polínico.
Además, hay que tener en cuenta que la climatología influye de manera directa en la sintomatología. Así, por ejemplo, en los días cálidos, secos y con viento el polen se mueve mejor afectando en mayor medida a las personas alérgicas, por el contrario los días lluviosos, nublados o sin viento son ideales para estas personas.
Tras ser diagnosticada la patología, generalmente gracias únicamente a un estudio alergológico cutáneo, el tratamiento consistirá en evitar la exposición al alérgeno y en algunos casos, se recurrirá a vacunas.
¿Conocéis a alguna persona alérgica al polen?
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.