Así como me encantaría tener la posibilidad de viajar al pasado, también me encantaría visitar el futuro y poder ver con mis propios ojos cómo será el planeta en 100 o 200 años. ¿Seguiremos sobreviviendo como especie? Con el desarrollo del transhumanismo, tal vez la especie humana transmute a una nueva especie y los seres humanos tal como los conocemos dejen de existir, pero ¿te imaginas si cuando murieras congelaran tu cerebro y lo revivieran 150 años después y se lo insertaran a un robot? ¿seguirías siendo tú en otro cuerpo? ¿permanecerían tus recuerdos, tu personalidad, tu razón y tu intelecto?
Hace un par de años un profesor nos envió una nota de la bbc para que la leyéramos y la discutiéramos en clase. Comenzaba así: “A principios de este año, una niña tailandesa de 2 años se convirtió en la persona más joven sometida a congelación criónica, preservando su cerebro momentos después de su muerte con la esperanza de que algún día pueda ser traída de vuelta a la vida.”[1] No pude dejar de leer y no pude dejar de pensar en ella, en sus padres y en esta posibilidad (novedosa para mí) de preservar a una persona. ¿De verdad ese cerebro “despertará” y seguirá viviendo en otro cuerpo, en otra época?
A partir de esa lectura y de todos los conflictos existenciales que me generó, empecé a investigar sobre la criogenización y a hacerme todos los cuestionamientos que aparecen anteriormente. Y, aunque sigo sin comprender del todo el procedimiento, me intriga la esperanza que se ha depositado en la criogenización y que, además de ser un elemento atractivo para las películas de ciencia ficción, es una realidad posible y un tanto probable.
Ganarle la partida al tiempo
¿Qué es la criogenización? Es un método por el cuál se somete a un cuerpo legalmente muerto, ya sea humano o animal, a condiciones de frío intenso con el objetivo de preservar su cuerpo en condiciones para ser reanimado en el futuro. Hasta ahora hay dos formas de llevar a cabo la criogenización: la primera es de cuerpo entero, en la que la persona sin vida es introducida en una cápsula llamada tubo Dewar con nitrógeno líquido, permitiendo que éste actúe como conservador en el organismo a largo plazo. La segunda es someter al proceso de criogenizacón sólo el cerebro de la persona muerta, ya que los científicos consideran que el cerebro es, en realidad, la parte vital a preservar, y cuando se “despierte” le podrán dar al cerebro un nuevo cuerpo.
¿Por qué alguien querría ser criogenizado? El ejemplo más claro es el de Matherym Naovaratpong, la niña tailandesa criogenizada. Ella tenía un tumor cerebral y sus padres (ambos científicos) decidieron preservar su cerebro con la esperanza de que la ciencia avance y se encuentre una cura para su hija. Es darle tiempo a la ciencia para que se encuentre la cura de enfermedades terminales y en un futuro próximo se regeneren células y tejidos. Por otro lado, también el miedo a morir o la posibilidad de ver el mundo futuro, podrían ser algunas de las razones para criogenizarse.
Sin embargo, actualmente sigue siendo tan sólo una posibilidad porque no se ha podido hacer un proceso reversible, ya que, aunque el proceso de la criogenización “impide la formación del hielo mediante el uso de un gel anticongelante a -196 grados, el problema es que, por ahora, las estructuras más complejas que han sido capaces de verificar han sido órganos embrionarios de animales. Por lo tanto, no se puede congelar un cuerpo entero sin destrozar sus estructuras internas en el proceso”[2]. La reparación a nivel molecular en los tejidos producidos por la congelación y la isquemia (detención de la circulación de la sangre) depende del avance de la nanotecnología y la nanomedicina. Además, sólo se puede aplicar a personas a las que se les ha declarado con muerte clínica, lo cuál conlleva a problemas de índole legal y ético.
Un sujeto no puede decidir ser criogenizado en un estado en el que su organismo sufra el mínimo deterioro y tiene que esperar hasta que sea reconocida su muerte clínica. Otros problemas científicos son la toxicidad de los criopreservadores, que son químicos que mantienen los tejidos y órganos.[3] Sin embargo, ya hay avances en el camino y, hasta el momento, la crioconservación en células madre, esperma y embriones sí han sido exitosas, ¿por qué no pensar entonces en que algunos años se pueda regenerar un cuerpo criopreservado?
Los científicos consideran que un proceso de criogenización y reanimación exitoso sería que el sujeto criogenizado se reconozca como él mismo al ser resucitado. La memoria debe permanecer intacta. Es por ello, que la neurocriogenización ha resultado mucho más popular que la criogenización del cuerpo completo; además que es más “económico” al reducirse casi en un 50% los costos. Pero no hay que emocionarse todavía, pues el costo sigue siendo altísimo.
¿Un negocio de élite?
Actualmente existen pocas empresas dedicadas a realizar este procedimiento. Las dos principales están en Estados Unidos: Alcor, ubicada en Arizona, y Cryonic Institut ubicado en Michigan; dos más en Rusia (Krio Rus y CryoFreedom) y una más en España (Instituto Europeo de Criopreservación (IECRION)). Por conservar un cuerpo indefinidamente Alcor cobra aproximadamente 150 mil dólares, mientras que la neurocriopreservación (congelación de una cabeza) la realizan por 80 mil dólares. Mientras que los rusos cobran 30 mil por el cuerpo y 10 mil por la cabeza. Es por ello, que no es una práctica que sea accesible para todos aquellos que lo deseen, los cuerpos y cabezas que se han sometido a este proceso son familiares de los fundadores de estas empresas y personalidades con capital suficiente para cubrir este costo.
El primer caso de criogenización fue en 1967 James Bedford, un psicólogo de 73 años que padecía cáncer de pulmón. A partir de entonces ha habido otros casos “misteriosos”. Por ejemplo, Dora Kent, madre del fundador de Alcor, dicen que le cortaron la cabeza sin ni siquiera estar muerta y se desató toda una polémica y varios de los trabajadores fueron citados a declarar, entre otros casos. Finalmente, se ha dicho que Walt Disney está criogenizado, esto lo empezaron a decir, debido a la privacidad con la que se realizaron las ceremonias de cremación y a que Walt y su familia estaban muy interesados en la criogenia; sin embargo, esto sólo fue una leyenda urbana y la han desmentido en varias ocasiones; sus restos descansan en el Forest Law Memorial Park Park de Glendale. El que sí está bajo este procedimiento es el cuerpo de Michael Jackson, primero lo encapsularon en nitrógeno para esclarecer su muerte antes de enterrarlo, pero poco después dijeron que se quedaría criogenizado para despertarlo en un futuro. Asimismo, Robert Ettinger, considerado el padre de la criogenia murió en 2011 y sus restos están descansando en nitrógeno esperando al futuro.
Simon Cowell, Paris Hilton, Lucy Lu, Gore Vidal, Larry King, Britney Spears y Kanye West son algunas de las personalidades que han manifestado su interés por someterse a este procedimiento. Así como se cree que Steve Jobs puede estar criogenizado, aunque no se sabe con certeza de esto. Sinceramente, considero que muchos nos hemos cuestionado sobre la vida después de la muerte o, mejor aún, sobre la posibilidad de vivir eternamente. Muchos consideran que debemos seguir el ciclo natural de la vida y que esto es sólo un paso hacia la verdadera vida eterna. Creo que el miedo a la muerte es lo que hace que nos aferremos a esto. Asimismo, el constante avance científico nos hace alimentar la esperanza de prolongar nuestro paso en este mundo. Los avances en cuanto a la nanotecnología y al transhumanismo nos hacen pensar en un futuro más largo en el que un cuerpo cansado y arrugado, o una deficiencia en algún órgano, no sea un impedimento para permanecer en este mundo. Si el transplante de cabeza que se tiene previsto para finales de este año resulta exitoso, estaremos hablando de una nueva vía en la que se desafíe a la naturaleza y entremos en una nueva realidad “transhumánica” en la que los muertos regresen a la vida y los seres que habiten el planeta alarguen su muerte.
Interminables cuestionamientos y debates éticos y morales podrían desatarse con éste y otros procedimientos; Sin embargo, como siempre, el uso que los seres humanos hagamos de la tecnología es una responsabilidad muy grande que desafortunadamente muchos emplean para beneficio personal y no para el bien común. Pero todo es un supuesto y hasta no tener la certeza del éxitos de estos procedimientos todo queda en meras especulaciones y posibilidades con la esperanza de alcanzar la inmortalidad.
[1] http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151015_salud_crionica_cripreservacion_ninia_men
[2] https://naturalum.wordpress.com/2016/11/19/criogenizacion-la-resurreccion-humana/
[3] criogenización.net
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