Por esta razón, Lilly presenta ‘Contigo paso a paso’, un nuevo programa de formación dirigido a profesionales sanitarios y a personas con diabetes tipo 2, con el objetivo de ayudar a entender mejor el uso de insulinas durante las comidas, permitiendo hacer más fácil este proceso y ayudando a que las personas que necesitan añadir insulina durante la comida asuman mejor este impacto.
Según los expertos, es frecuente que los pacientes se sientan asustados, confusos, enfadados e incluso deprimidos por el hecho de tener que añadir un uso de insulinas en las comidas. Para hacer frente a todos estos sentimientos, el manual para pacientes de ‘Contigo paso a paso’ recomienda los siguientes consejos:
- Sentimiento de culpabilidad: es uno de los más dañinos, puesto que los pacientes se autoinculpan al considerar que el avance de su enfermedad es debido a sus propios actos. Sin embargo, es importante recordar que la diabetes es una enfermedad progresiva y, aunque existen medidas que se pueden tomar para ralentizar su avance, lo cierto es que por su propia naturaleza, empeora con el tiempo.
- Miedo y preocupación: no saber cuándo y a qué dosis se debe administrar la insulina con la comida o sentir que la nueva medicación supone una carga es una sensación muy recurrente al añadir otra dosis de insulina con la comida. Ante esta situación no hay que olvidar que los médicos y educadores están preparados para ayudar a entender cuándo y cómo se deben inyectar las insulinas. También son los encargados de decidir la dosis, así como cuándo y con qué frecuencia se debe comprobar el nivel de azúcar en sangre.
- Pánico a engordar: A menudo, los tratamientos con insulina y el aumento de peso van de la mano, pero hay medidas que se pueden adoptar para controlar o evitar una ganancia de peso, como elegir alimentos más sanos y realizar alguna actividad física.
- Estrés y ansiedad: la sensación de estar sobrepasado por necesitar insulina con las comidas puede derivar en un estado de estrés o ansiedad algo que, a su vez, puede afectar directamente a los niveles de azúcar en sangre. ‘Contigo paso a paso’ recomienda emplear la terapia de relajación progresiva.
- Inseguridad e incomodidad a pincharse en público: esta situación es bastante habitual al principio. Lo mejor es tomarlo con calma, valorando siempre la opción de pincharse en privado hasta sentirse suficientemente cómodo. No obstante, hay pacientes que nunca llegan a inyectarse la insulina en público.
- Soledad, resentimiento y depresión: cuando un paciente se desenvuelve en un entorno en el que no hay más personas con diabetes, a veces resulta difícil sentirse comprendido, lo que deriva en una sensación de soledad e incomprensión. Además, muchos pacientes llegan a sentirse bajos de ánimo, con cansancio recurrente o depresión. Ante cualquier síntoma es aconsejable acudir al médico. Además, muchas asociaciones de pacientes tienen grupos de apoyo, virtuales o presenciales, así como sesiones de educación diabetológica a las que poder apuntarse.
¿Conoces a algún diabético que haya experimentado alguno de estos sentimientos negativos?