Cómo pensar en términos de felicidad
Gran parte del sufrimiento que tenemos en nuestra vida está causado no tanto por la realidad en sí misma, sino por las interpretaciones que hacemos de los hechos. Es decir, nuestras interpretaciones son una trampa habitual de dolor emocional. Y este es precisamente el primer paso para controlar los pensamientos: ponerlos en duda. No darles tanto valor. Es decir, cuando sufrimos por una interpretación, tenemos que intentar pensar que tal vez estemos equivocados. Por muy alto que nos grite esa voz interior, podemos silenciarla si no le hacemos tanto caso. Porque esa voz interior es en muchos momentos, la respuesta del miedo.
La técnica del control del pensamiento es más sencilla de lo que piensas si, simplemente, te centras en vivir. Por ejemplo, en ocasiones, nuestro dolor reside en que como consecuencia del malestar que tenemos por los pensamientos negativos, no continuamos con nuestro ritmo de vida habitual. Detenemos nuestra felicidad posible. Por ejemplo, no nos apetece quedar con los amigos al igual que antes porque estamos encerrados en nuestra preocupación.
Y sin embargo, el gesto para normalizar tu vida y también tus pensamientos es continuar con tus planes de siempre. En un primer momento, tal vez tengas cierto tedio para ir al plan, pero luego, te distraerás, tendrás nuevas novedades en tu vida, sentirás la compañía de otros… Y todo esto influye de un modo muy positivo en el control de los pensamientos. ¿Por qué motivo? Porque un paso terapéutico es dejar de pensar tanto en nosotros mismos, es decir, cuando algo nos interesa más que nuestro propio disco rayado, entonces, avanzamos.
Tener espacios de vida en los que disfrutar es una de las mejores técnicas de bienestar mental. De este modo, puedes motivarte a ti mismo en distintos momentos de la jornada, con la firme convicción de saber que un premio está cerca en forma de experiencia agradable.
Es decir, si por ejemplo, el viernes por la tarde asistes a clases de baile, ese momento puede convertirse en una motivación semanal para sobrellevar otros instantes menos agradables.
Si quieres controlar los pensamientos, entonces, elige de un modo consciente con quién hablas cuando estás en un mal momento. Una persona negativa que tiende a la queja te va a llevar a ese mismo punto. Por el contrario, una persona que inspira paz y serenidad te va a llevar a este punto personal.
Pasa más tiempo en contacto con la naturaleza. Visita zonas verdes. Camina. Recibe los estímulos sensoriales de un entorno que te abraza de forma nutritiva con su belleza. Es decir, la contemplación de un paisaje natural es un ejercicio sencillo para silenciar pensamientos que pesan y duelen.
Encuentra tus propias fórmulas porque aquello que ayuda a una persona, no ayuda tanto a otra. Así como ocurre con las técnicas de estudio, que cada estudiante encuentra aquella que más le ayuda, lo mismo conviene hacer en el plano de la autoayuda.