La depresión postvacacional no es un trastorno psicológico como tal, sino más bien la incapacidad de gestionar la reincorporación a las obligaciones profesionales, académicas o del hogar. Cuando el proceso adaptativo resulta más duro de lo habitual -en la mayor parte de ocasiones, debido a que el trabajo o tarea que se debe desempeñar no motiva lo suficiente-, el fin de las vacaciones supone un trauma de difícil trámite.
Pero ¿su complejidad nos obliga a quedarnos de brazos cruzados o acaso existen técnicas para superar este trance lo antes posible y recuperar la (más o menos relativa) estabilidad emocional? ¡Por supuesto que existen! Y nuestro objetivo será recopilarlas en este post. ¡Empezamos!
Consejos para afrontar la depresión postvacacional
Si has vuelto a casa después de un periodo de vacaciones y te sientes decaído, apático, ansioso, falto de energía... y completamente incapaz de hacer frente a las responsabilidades del día a día, puede que sufras depresión postvacacional. Este síndrome suele tener una duración aproximada de no más de 3 semanas y, a pesar de ser bastante común, muy pocos casos requieren ayuda profesional.
Cuando los síntomas descritos anteriormente vienen acompañados de palpitaciones, ansiedad, sudoración, hiperventilación, temblores, etc., estaremos hablando de estrés agudo y el asesoramiento especializado no solo será conveniente, sino urgente y necesario para evitar que este evolucione a un cuadro aún más grave, como puede ser el estrés crónico.
No obstante, los siguientes consejos serán eficaces en la gran mayoría de casos:
Adaptación progresiva
En la medida en la que puedas hacerlo, trata de procrastinar. Esta es una de las pocas veces en las que te recomendemos dejar para mañana lo que puedas hacer hoy... y tan solo nos referimos a las tareas más arduas, difíciles y/o aburridas. No queremos provocar un despido o conflicto personal o sentimental, así que emplea el sentido común y realiza una selección inteligente y consciente de aquellas tareas que, siendo menos urgentes, se pueden posponer para dar prioridad a aquellas que sean más estimulantes y agradables.
Lo mismo ocurre con la carga de trabajo en sí, procura ir aumentándola paulatinamente, delega siempre que puedas permitírtelo e -importante- no te lleves trabajo a casa.
Si son los estudios o las tareas del hogar las que ocupan tu tiempo, aplica la misma filosofía: no hay nada más importante que tu bienestar.
Tiempo libre: válvula de escape
Aprovecha la hora de la comida o el afterwork para hacer actividades de ocio. La idea es que desligues el concepto de 'vuelta a casa' con el aburrimiento. El fin de las vacaciones no tiene por qué poner fin a tu vida lúdica y social, así que, ya sabes, convence a tu pareja, familiares o amigos para aprovechar las tarifas reducidas del Día del espectador, para dar un agradable paseo o tomar una cerveza en cualquier terraza ahora que todavía hace buen tiempo, los días siguen siendo largos y, por tanto, se pueden exprimir al límite.
Mens sana in corpore sano
Con independencia del tipo de proceso que se esté atravesando, existen dos hábitos que forman parte esencial de todo libreto antiestrés: cuidar la dieta y practicar ejercicio físico. Apostar por una dieta sana y variada, de la misma forma que acudir al gimnasio y, sobre todo, realizar deporte al aire libre, ayuda a sentirse bien con uno mismo.
El sueño también es importante
Dormir o, mejor dicho, descansar incidirá directamente en tu energía y estado de ánimo. Evita mantenerte despierto hasta altas horas de la madrugada e intenta establecer una rutina de manera progresiva: acuéstate cada día un poquito antes y, si puedes, comienza este periodo de adaptación la semana previa al fin de las vacaciones.
1, 2, 3... ¡respira!
Hay veces que por mucho que nos lo planteemos resulta imposible relajarse y descansar. Son muchas las preocupaciones del día a día que rondan nuestra cabeza y desconectar se hace cada vez más complicado. Es por este motivo que las técnicas de relajación, como por ejemplo la meditación o el Mindfulness, incluso el ASMR, se han vuelto tan populares en los últimos tiempos. Si te consideras una persona escéptica, te recomendamos dejar a un lado los prejuicios y dar una oportunidad a esta tendencia en auge que ya ha ayudado a millones de personas en todo el mundo.Aplica estos consejos y procura cambiar el chip, poco a poco comenzarás a sentirte mejor y recuperarás la sonrisa; los planes, objetivos y metas aflorarán y tu auténtico yo resurgirá cual ave fénix.
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