En la vida hay dos clases de personas: las que ven las dificultades como problemas, y por tanto, se frenan, se desaniman y, en muchos casos, dan por perdido su objetivo y abandonan. Y las que ven esas mismas dificultades como retos, ante los que se crecen y son capaces de dar el 200% para llegar a su meta.
Las primeras suelen ser personas pesimistas, que ven el lado negativo fácilmente en cualquier circunstancia y, muchas veces, tienen creencias limitantes del tipo “esto no es para mi” o “yo no sería capaz de hacer esto”. Las segundas, en cambio, son personas capaces de encontrar un resquicio de luz ante cualquier obstáculo. Da igual la circunstancia, siempre hay algo bueno, un aprendizaje, una ventaja, un contrapunto positivo.
Antes de que te eches las manos a la cabeza, pensando si eres de un tipo u otro, te diré que la mayoría de las personas somos una combinación de ambas. Ni siempre somos negativas ni siempre somos ultra positivas. Todas tenemos días mejores en los que nos sentimos capaces de comernos el mundo y días en los que nos quedaríamos en la cama hasta las vacaciones de verano.
Pero si en tu día a día, últimamente ves más problemas que retos, seguramente tengas que revisar algunos aspectos. Hoy voy a enseñarte cómo transformarlos para conseguir una vida más motivadora:
1. A todos se nos presentan dificultades: a todos. Es importante que sepas esto porque cuando percibes una circunstancia como problema, un pensamiento recurrente suele ser el de creer que todo lo malo te pasa a ti. Que a los demás no les pasa o no les ocurre tanto. Cuando notes que te estás viniendo abajo, piensa en esto: a todas las personas les surgen dificultades. Repito, a todas.
2. Asúmelo: ya está, ha ocurrido y no puedes retroceder en el tiempo. Así que lo mejor es asumir cuanto antes aquello que te ha ocurrido para poder pasar del modo “queja” al modo “acción”. Cuanto antes tomes consciencia de esto, antes podrás recomponerte para tomar las riendas de la situación.
3. Piensa en soluciones: busca todas las opciones posibles, todas. No te quedes con la primera que te venga a la cabeza. Si te cuesta ver el reto, probablemente tendrás tendencia a boicotear cada idea con argumentos de todo tipo. Así que cuantas más ideas pongas sobre la mesa para superar la situación, más fácil será que encuentres una convincente.
4. Estimula el pensamiento creativo: el pensamiento creativo es algo súper útil para el día a día, tanto que debería haber una asignatura en los colegios solo de pensamiento creativo. Es la capacidad de procesar la información de formas diferentes a las habituales, algo necesario cuando se trata de transformar un problema en un reto motivador. En este post te cuento algunas maneras de estimularlo.
5. Todo pasa: al final, hagas algo o no hagas nada, los problemas no estarán ahí para siempre. Así que si no te ves capaz en el momento de tomar una decisión “hacia adelante”, déjalo estar. Ponte con otra cosa y olvídalo por un rato o unos días y retomarlo cuando te encuentres con otro ánimo. El tiempo te ayudará a relativizar y te será más fácil ver el reto motivador.
6. Piensa en “oportunidad”: cuando surja una dificultad, plantéate estas preguntas: ¿qué puedo sacar yo de todo esto? ¿En qué me podría beneficiar? ¿Cómo puedo sacar provecho? ¿Qué aprendizaje puedo llevarme? Puede que al principio te cueste dar respuesta a estas preguntas. Pero con la práctica verás como los problemas empiezan a transformarse en retos estimulantes.
7. Asume limitaciones: si la situación te supera, no pasa nada. Asúmelo cuanto antes y pide ayuda. No tienes porqué tener respuesta para todo ni capacidad para toda circunstancia. A veces, simplemente es realmente demasiado para ti. Pero no te quedes ahí. Busca a alguien o algo que te ayude a avanzar y ve a por ello.
8. Cree en tus capacidades: igual que te digo una cosa, te digo la otra. Tienes muchas capacidades para desenvolverte en la vida. Quizá tengas que desempolvar alguna, pero están ahí. Saca a relucir todo tu talento y afronta lo que venga con valentía. Tú puedes.
Como todo cambio, llevará tiempo de práctica. Incluso cuando creas haber logrado transformar tus problemas en retos motivadores, habrá días en los que ninguna técnica funcionará. Y es que los seres humanos somos seres dinámicos, con estados de ánimo variables, necesidades y deseos cambiantes, y lo que hoy te funciona, quizá mañana no.
Aún así, poner en práctica todas estas acciones te ayudará a desarrollar ciertas habilidades que te ayudarán a mantener el control en cada situación y ser tú quien elija cómo vivir cada acontecimiento. Y esto, amiga, es poder ;)
Si te ha gustado este post, compártelo y déjame ayudar a otras mujeres a ser, crear y disfrutar ;)
¡Un abrazo enorme!