En condiciones normales, es decir, en individuos sanos la relación entre potasio ingerido y excretado por orina es bastante aproximada, aunque menos exacta que la que existe con otros iones, como el sodio o el cloro. Por ello, puede utilizarse el potasio urinario como una medida indirecta del potasio ingerido con los alimentos.
¿En qué enfermedades hay que limitar la ingesta de este mineral?
Está indicado para diferentes patologías o situaciones:
Situaciones o enfermedades con disminución de la excreción urinaria de potasio
§ Insuficiencia renal aguda e Insuficiencia renal crónica avanzada.
§ Hemodiálisis y diálisis peritoneal, insuficiencia renal terminal (no se orina).
§ Alteraciones renales tubulares.
§ Insuficiencia suprarrenal.
§ Uso de diuréticos ahorradores de potasio, se pierde sodio e impide la pérdida de potasio.
Desplazamiento de potasio del espacio intracelular al espacio intravascular, enfermedades destructivas de las células
§ Acidosis metabólica, aumenta el potasio en sangre.
§ Daño tisular masivo.
§ Hiperosmolaridad.
§ Deficiencia de insulina, la insulina introduce el potasio en las células por lo que lo disminuye en sangre, por el contrario, al tener una deficiencia, tenemos un aumento de potasio en sangre.
§ Lisis de células malignas por quimioterapia.
§ Parálisis periódica hiperpotasémica.
Ingestión excesiva de potasio
§ Con dieta no se consigue, sólo es posible por vía IV.
¿Cómo debe ser la dieta pobre en potasio?
El potasio es especialmente abundante en vegetales, frutas, legumbres, patatas, frutos secos y también en alimentos proteicos, como carnes y pescados.
Para poder elaborar una dieta adecuada a este tipo de pacientes, hay que tener en cuenta las características principales de cada grupo alimentario y su contenido en potasio. Debe de ser pobre en potasio y cubrir todas sus necesidades nutricionales.
Para el correcto seguimiento por parte del enfermo podemos optar por dos alternativas:
§ Proporcionarle una dieta ya elaborada con los alimentos detallados y en tomas y cantidades definidas.
§ Darle una serie de recomendaciones para disminuir el potasio de la dieta (este último procedimiento se usa en aquellos pacientes con suficiente preparación y motivación).
¿En qué consisten las recomendaciones?
Las recomendaciones que se dan a los pacientes van desde técnicas culinarias hasta los alimentos que deben evitar por la patología que presentan.
§ Tratamiento culinario.
Las medidas encaminadas a reducir el contenido de potasio pueden aplicarse únicamente a alimentos de origen vegetal (hortalizas, frutas, legumbres y patatas). Consiste en mantener en agua los alimentos durante las horas previas a su preparación o cocinado, eliminando el agua en varias ocasiones y en realizar la cocción de los alimentos en abundante agua desechándola siempre. Las frutas también pueden tomarse en compota porque se someten al calor, perdiendo potasio.
Aquellas frutas y verduras que no se pueden cocer deberán evitarse, como es el caso del tomate, melón o naranja.
§ No aprovechar el agua de cocción de las frutas y las verduras.
§ Consumir agua de baja mineralización. Evitar los zumos o bebidas preparados con extractos vegetales y el café molido, pues todos ellos son ricos en potasio. No ingerir el zumo de frutas en almíbar, aunque sí se puede consumir la pieza de fruta en almíbar.
§ Evitar las cáscaras de los cereales y el pan y harinas integrales.
§ Las carnes y pescados, aunque ricos en potasio, no se deben suprimir de la dieta porque son esenciales.
§ En el caso de los lácteos debemos evitar sus derivados con mayor contenido en potasio como el yogur, la leche en polvo o los quesos curados.
§ Finalmente, es útil proporcionar a los pacientes una lista de los alimentos clasificados en orden a su contenido en potasio y, en consecuencia, los alimentos prohibidos y los recomendados.
Con esto nos despedimos hasta próximos post, mientras tanto ¡ser felices! Y nos vemos de nuevo el viernes en la cocina.
Realizado por Jorge Ibarra Morato
Fuentes
Conocimientos adquiridos durante la Diplomatura de Nutrición Humana y Dietética.