Nuestro peso o nuestra alimentación, nunca debe ser objeto de obsesión, puesto que ahí empiezan las complicaciones, derivando demasiadas veces en enfermedades (anorexia, bulimia, vigorexia, ortorexia, pica, megarexia....).
Con este objetivo, vamos a dar unas pautas para pesarnos de manera correcta y que no se convierta en una obsesión, si no es una costumbre sana para controlarnos.
Hay que pesarse siempre en la misma báscula. El pesarse en basculas diferentes nos puede dar una idea errónea de nuestro peso. Tomemos como referencia el peso que nos da la bascula de la farmacia mas cercana, o la de nuestra propia casa. Pero utilicemos siempre el mismo.
Hay que pesarse siempre en las mismas condiciones. Si la primera vez nos pesamos un lunes por la mañana, después de evacuar el vientre, pues esa será nuestra rutina.
Pesarnos siempre con un tipo de ropa parecida. Lo ideal es que, si estamos en nuestra casa, nos pesemos sin ropa, para saber el peso real. Si tenemos que pesarnos con ropa, que cuando nos pesemos, siempre sea el mismo tipo de ropa, para que el peso de esta no varíe demasiado.
Hay que pesarse como mucho una vez por semana. No hay que pesarse todos los días (peligro de obsesión), porque también nos será frustrante si intentamos perder peso y vemos que de un día para otro solo hemos perdido 100gramos. Siempre lo he dicho, el adelgazar (en este caso), es una carrera de resistencia, y no de velocidad. Pasitos pequeños pero constantes.
No redondeemos. Lo suyo es tener un cuaderno (hoja, folio) donde vayamos apuntando nuestro peso. Si pesamos 79"43, no pongamos 79"5; o si pesamos 79"2, no pongamos que pesamos 79. Siempre los datos exactos.
Y recordad, que estamos aquí para ayudaros, porque la salud no es tema de risa (siempre hablamos de adelgazar por salud, nunca por imagen física, aunque esta, inevitablemente, se vea dañada con la obesidad). Si queréis saber como se siente una persona con sobre peso, poneros una mochila con 40 o 50 kilos, y llevadla por un día entero. Intentad haced vuestra rutina normal, a ver si no os cuesta muchísimo mas de lo normal.
Es una enfermedad, y como tal hay que tratarla. Pero no debemos olvidar que es una enfermedad que se puede prevenir (por eso es muy importante la educación nutricional tanto en padres como en niños) y curable. Solo hay que poner un poco de esfuerzo y voluntad.
No es un camino fácil, pero os aseguro que merece la pena!