¿De qué forma debemos ocupar el tiempo de nuestros niños durante el verano?
No existen reglas estrictas que sean válidas para todo el mundo, ya que cada familia organiza su vida como puede o de la forma que le resulte más adecuada. Sí que podemos resumir algunas recomendaciones generales que sirvan de guía para estructurar esa vida familiar durante el verano.
Por ejemplo, establecer rutinas para los niños durante el verano. Un tema muy recurrente cada vez que hablamos de los más pequeños, tratar de organizar el día a día de forma que ellos perciban una estructura, que sepan lo que viene después. Las rutinas les ayudan en gran medida a tener una estructura en su cabeza y les dan seguridad. Estas rutinas incluyen desde levantarse a una hora parecida todos los días, hacer alguna actividad por la mañana y por la tarde, comidas, cenas a horas similares, leer a diario, acostarse a la misma hora, participar en alguna tarea de la casa, etc. Todo ello sin ser demasiado estrictos, es decir, podemos flexibilizar pero sin dejar que su vida se convierta en un caos.
También es recomendable que participen en alguna tarea de la casa. Se trata de una manera de darles responsabilidad, fomentando así la seguridad en sí mismos. Les ayudamos a hacerse más autónomos y por otro lado sienten que confiamos en ellos. Así les mostramos que además de sus tareas escolares hay otras tareas en la casa en las que deben participar, como recoger su habitación, poner la mesa, colaborar en la cocina, recoger los platos, etc.
Respecto a los deberes del colegio y tareas para el verano depende del caso. Está claro que el verano es un tiempo de vacaciones para ellos, aunque al tratarse de un periodo de tiempo muy largo, probablemente se puedan encontrar momentos para cada actividad. Es necesario que tengan espacios para desconectar, donde se olviden de todo lo que tiene que ver con el cole. Pero ello no quita para que busquemos la manera de reforzar algunos temas académicos, a veces de forma estructurada con tareas como las del cole, y otras veces introduciéndole en el día a día. Por ejemplo ofrecerles una lectura a diario, repasar conceptos matemáticos dentro de las rutinas (en la compra, con su hucha, etc), recordarles aspectos de la naturaleza o la sociedad que han podido aprender durante el curso escolar (sobre las plantas, el mar, el espacio, visita a algún museo para niños, visión de documentales adaptados a su edad), etc.
Por último, no podemos olvidarnos de lo más importante del verano, disfrutar. Es el momento para que se dediquen a otro tipo de aprendizajes, muchas veces más relevantes para la vida, como relacionarse con otros niños que durante el año apenas pueden ver, viajar y conocer lugares diferentes, y por supuesto pasar tiempo en familia. Ya sea durante nuestras vacaciones o cuando nosotros aún continuemos trabajando, es importante que tratemos de pasar tiempo con ellos, jugar, llevarles a la playa o a la piscina, leerles cuentos, etc. En definitiva, actividades que durante el resto del año quizá no encontremos el momento de hacer.
Autora Drissa Elma Délkader (Psicóloga de Psicomaster)
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