Cada vez más somos conscientes de nuestra apariencia corporal, lo bronceamos, lo moldeamos en el gimnasio, lo tatuamos, pero eso es superficial. Hoy te voy a dar cinco atajos para conectar con tu cuerpo en tiempo récord.
Y cuando hablo de tu cuerpo ya supondrás que se trata de tu cuerpo interior. Descubrirlo puede ser un viaje fascinante. A menudo desconocido, nuestro cuerpo nos ofrece un viaje y exploración sin fin.
Hasta las emociones más pequeñas provocan una serie de reacciones en cadena que solo son perceptibles si has desarrollado correctamente la sensorialidad.
Continuamente el cuerpo nos envía mensajes directos que no son percibidos. La sangre, el líquido linfático, los órganos y músculos reaccionan a las estímulos del exterior y no nos damos cuenta al no prestar suficiente atención.
Pon estos cinco atajos en marcha y escucha a tu cuerpo, puede que te este enviando algún mensaje que conviene que atiendas.
Sumérgete dentro de ti.
Nos gusta descubrir sitios remotos, bucear en los fondos marinos, adentrarnos en cuevas.¿Por que no desviar esa curiosidad por lo que oculta nuestro interior? Podemos encontrar maravillas en él y nuestra vida sera más simple cuando comprendamos la sabiduría del cuerpo. Con su lenguaje simple nos ofrece dos respuestas instintivas e inmediatas: si y no.
Observa las respuestas del cuerpo y del espíritu.
El cuerpo puede responder a una estimulación en menos de un segundo, mientras que el espíritu necesita comparar y hacer sus estadísticas. Es lento y, a menudo, su respuesta nos propondrá que actuemos contra el cuerpo. Al principio os sugiero que observéis las dos respuestas, la del cuerpo y la del espíritu, en cualquier circunstancia y comparéis su eficacia. Con esto os bastará para reconocer la fabulosa capacidad de vuestro cuerpo para guiaros eficazmente en la vida diaria.
La mejor y esencial herramienta es la respiración.
En el proceso de descubrir nuestro cuerpo interior debemos seguir un método, y el primer paso es practicar la respiración. Piensa en ella como la botella de oxigeno que usarás para sumergirte en el interior de tu cuerpo. La respiración profunda y lenta, aflojando el vientre como un bebe al inspirar te llevara a la relajación. Te abrirá las puertas del cuerpo y te permitirá navegar conscientemente. En el instante en que se conecta con la respiración una sensación de bienestar hace sentir el movimiento de nuestro diafragma, tu cuerpo entra en calor y tu espíritu se apacigua.
Pon la atención en los miembros de tu cuerpo.
Elige un miembro, una pierna, por ejemplo y entra en las fibras musculares, siente el interior. Después puedes pasar a la otra pierna y, y luego, a la pelvis, donde se acumula una gran cantidad de energía. A continuación, sigue por el bajo vientre, los órganos, la base de la columna vertebral, el hueso sacro, las lumares…Esto es también se realiza en algunas meditaciones llamadas “chequeo corporal atento”.
Se constante en la práctica.
Al principio, no sentirás mucho, pero perseverando se producirá un cambio que sentirás como una eclosión en tu vida interior. Y cuanto más sientas más ganas tendrás de seguir explorando. Esfuérzate unas semanas y mantén tu disciplina a diario y entonces…llegará el momento de la fascinación: habrás encontrado el vínculo con tus emociones. Empieza tu gran aventura.
¡Que tengas éxito en tu exploración!
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El artículo Cinco atajos para conectar con tu cuerpo en tiempo récord. lo puedes encontrar en Reducir Estrés.