Mantener el cuerpo hidratado también es muy importante para eliminar los excesos y la retención de líquidos. Para ello, bebe al menos dos litros de agua sin gas cada día.
Y lo más importante: procura mantener una dieta equilibrada, en la que abunden los vegetales y las frutas, los cereales, los lácteos y las proteínas presentes en el pescado y las carnes blancas.
Muchas personas podrán pensar que llevar una dieta sana es más difícil si tienes que comer en el trabajo, pero lo cierto es que los buenos hábitos alimentarios y comer en la oficina son perfectamente compatibles.
Cómo llevar una dieta saludable comiendo en el trabajo
El táper es el principal aliado de quienes, por su horario o la falta de tiempo, se ven en la obligación de comer a diario en el trabajo. Pero comer de táper, rico y sano es algo perfectamente compatible.
Uno de los principales trucos para conseguirlo es preparar platos saludables durante la noche anterior. Con sobras de la cena o elaborando algo más específico que podamos conservar en el frigorífico, para llevar al día siguiente a la oficina.
Las ensaladas son unos de los principales recursos de quienes tienen que comer fuera y quieren hacerlo de forma sana. Combinando diferentes vegetales, como lechuga, endibias y espinacas; y frutas, como piña, fresas o manzana. Añadirás frutos secos, queso fresco, cebolla o tomate y trozos de carne o pescado blanco; y podrás conseguir una ensalada completa, rica en fibra y proteínas y baja en grasas.
Como truco, puedes aprovechar el pescado que te sobre de la cena y desmenuzarlo. Y no olvides que la ensalada se aliña siempre en el momento de comer, para no estropear el sabor.
Las verduras rellenas también son otras buenas alternativas para comer en la oficina, si dispones de microondas. Para que sean más sanas, puedes rellenarlas de pescado blanco, como merluza o bacalao.
En definitiva, mantener una dieta saludable no está reñido con comer fuera de casa. Y puedes conseguirlo con estos trucos.