Comer despacio, con tiempo y saboreando lo que comemos, es sin duda, la recomendación más saludable. Comer es un ritual que cada día hacemos y es conveniente para nuestra salud que lo hagamos de una forma correcta. Ya no se trata solo de los alimentos que consumimos, sino también de la manera en la que los tomamos. Todo esto importa e influye en nuestra salud.
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Tenemos tan automatizada nuestra forma de comer que prácticamente no somos ni conscientes de cómo comemos. Muchas veces sabemos que comemos deprisa porque son los demás quienes nos lo indican. El primer paso es tomar conciencia de la forma que tenemos de comer, saber cuáles son las consecuencias de comer rápido y, a continuación, intentar cambiarlo pensando en nuestro bienestar.
En este artículo te indicamos algunas de las razones más relevantes para que tomes consciencia de las consecuencias de comer rápido. Con estas indicaciones seguro que prestarás más atención a tu forma de comer.
1. Disfrutar de lo que comes
La comida se ha convertido en mucho más que un recurso para la supervivencia, se ha convertido en todo un arte. Comer es un placer y un deleite para muchos. En cada cultura predomina una gastronomía, unos alimentos esenciales, que al combinarlos y prepararlos de un modo específico dan lugar a auténticas delicias para el paladar.Ya no se trata solo de alimentarse para vivir, también es importante para nosotros conocer lo que comemos, sus sabores, las texturas, el olor, e incluso sus colores. Nos han educado para ello, ofreciéndonos más unos alimentos que otros, los que predominan en nuestra cultura, e incluso más específicamente, en la región en la que vivimos. Muchos sabemos que, sin lugar a dudas, la comida es uno de los mayores placeres de la vida.
Una de las razones principales por las que es importante no comer con prisas, es para disfrutar de lo que comes, experimentar el sabor y su textura en el paladar. Aprender a comer es algo que nos ofrece muchas posibilidades para disfrutar de los alimentos. Comer con conciencia de lo que estás comiendo es muy diferente a comer sin darte cuenta. La experiencia no es la misma, y por supuesto, no entra de igual manera en nuestro organismo.
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De esta forma disfrutarás más de los platos, reconociendo mejor los sabores; asociando así el acto de comer con un momento placentero y relajante. En nuestra cultura el acto de comer también es una forma de socialización, nos sirve para despejarnos de las preocupaciones diarias y disfrutar de un buen momento compartido con otras personas.
2. Controlar mejor la cantidad que consumes
Al comer con prisas no controlamos muy bien la cantidad que estamos comiendo. Esto sucede porque al tener hambre y comer rápidamente, podemos consumir mucha más cantidad de alimento que si comemos tranquilamente. ¿Por qué sucede esto? Es debido a la sensación de saciedad. Esta sensación pasa de nuestro estómago al cerebro siendo controlada por el hipotálamo. Tarda aproximadamente unos 20 y 25 minutos desde el momento en el que comenzamos a comer. Es por ello, que todo lo que comamos antes de este tiempo, no va a ser aún procesado por nuestro organismo, para producirnos esa sensación de que ya estamos satisfechos.Cuando comemos disfrutando de la comida, experimentamos la sensación de saciedad con menos cantidad de comida. Esta es una buena forma de controlar lo que comemos, no comiendo más de lo que necesitamos. Esto ayuda también a controlar el peso corporal. La sobrealimentación tiene unas consecuencias para nuestro organismo nada deseables: ingerir más energía de la que gastamos acaba repercutiendo en nuestro sobrepeso.
Comer despacio es una de las principales recomendaciones, tanto para adelgazar como para prevenir el aumento de peso.
3. Mejorar tu proceso digestivo
Asimismo, comer tranquilamente ayuda a que nuestro cuerpo reciba los alimentos en unas condiciones más saludables puesto que se evita la ansiedad y el estrés. La digestión y el proceso digestivo se ven favorecidos si los alimentos se consumen de una forma moderada, dejando tiempo para digerirlos. Muchas molestias gastrointestinales se producen por haber hecho una mala digestión, debido a la ingesta rápida de los alimentos.Cuando comemos muy rápido lo que sucede es que se produce un aumento muy brusco del volumen ocupado en el estómago, lo que da lugar a un reflujo hacia el esófago, manifestándose en molestias y fuertes dolores gastrointestinales.
4. Absorber mejor los nutrientes
Los nutrientes que nos aportan los alimentos no se absorben igual por nuestro organismo si los consumimos de una forma rápida. Las prisas, la inquietud, el estrés y la ansiedad provocan que los nutrientes no se absorban adecuadamente cuando comemos. De esta manera, aunque nos preocupemos por comer sano, si a la hora de comer lo hacemos acelerados, con nervios y prisas, no estaremos aprovechando los nutrientes de los alimentos. Estos nutrientes se convierten en toxinas lo que implica que además nos perjudiquen.Fuente: rawpixel
5. Comiendo con consciencia
Comer con consciencia nos ayuda a comprender mejor que no es solo lo que comemos, sino también cómo lo comemos. Tener plena conciencia en cómo nos alimentamos supone centrar toda nuestra atención en el acto de comer, cultivando así nuestra observación en la sensaciones, las texturas y los olores. Lo transformamos así en un acto de agradecimiento, en el que nos permitimos cuidarnos y atender correctamente a la sensación de hambre y saciedad.De esta manera evitamos los atracones, el comer por ansiedad y utilizar la comida de una forma inadecuada y poco saludable. Aunque llevemos un modo de vida estresante, podemos elegir hacer un consumo de los alimentos responsable, aprendiendo a comer con conciencia.
RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.