El calor, aunque muy idealizado y añorado durante el invierno, es una auténtica tortura física y psicológica cuando se torna en una ola de calor que dura días. Pero además, las altas temperaturas producen un riesgo de salud, especialmente, a los colectivos más vulnerables. ¿Quiénes son los colectivos de riesgo ante las altas temperaturas?
Grupos de riesgo en la ola de calor
A continuación, enumeramos quiénes son los colectivos que deben estar especialmente atentos.
Los niños
Los niños son los que más disfrutan durante estas fechas de la piscina como un plan refrescante que es el mejor para poner freno a esa sensación asfixiante. Sin embargo, es muy importante evitar salir a la calle en las horas de máximo calor, por ejemplo, entre las 11 y las 16 horas. Si los niños tienen una piscina en casa, entonces, siempre deben estar bajo la supervisión de un adulto que observa con mirada atenta aquello que hace el niño. Esta supervisión es igualmente significativa en las piscinas públicas.
Ancianos
Las personas mayores también deben cuidarse especialmente de los efectos de la ola de calor. Para ello, es muy importante fomentar la hidratación continua a través de bebidas: agua y zumos de frutas naturales, evitando el consumo de bebidas con gas. Del mismo modo, conviene reservar el momento del paso para el final de la tarde cuando las temperaturas bajan. El hogar se convierte en el mejor lugar para sobrevivir al calor, especialmente, si puedes ayudarte del aire acondicionado, el ventilador o incluso, el abanico.
Los mayores son vulnerables porque además, tienden a perder la sensación de sed, por tanto, corren riesgo de deshidratación al no tomar los líquidos que realmente necesitan consumir en una jornada normal.
Enfermos crónicos
Aquellas personas que sufren algún tipo de dolencia crónica también pueden notar especialmente los efectos negativos del calor en su estado de ánimo. Sufrir una enfermedad crónica supone asumir unos cuidados constantes de salud. Pues bien, también es fundamental tener unas medidas de autocuidado frente a las altas temperaturas.
Bebés
Los bebés son fuertes pero a la vez, vulnerables. Su nivel de resistencia al calor es muy distinto al de un adulto. Por esta razón, conviene recordar la importancia de cuidar y proteger a los pequeños de las altas temperaturas. El sistema inmunológico del bebé todavía se está formando. Los bebés también son más vulnerables ante el riesgo de una posible deshidratación.
Embarazadas
Las mujeres embarazadas sufren cambios corporales como consecuencia del evidente aumento de peso. El cambio hormonal que experimentan también puede producir un desequilibrio térmico. En una etapa de cambio físico, la mujer debe cuidarse más todavía.
Sin embargo, al margen de que estos sean los grupos de mayor riesgo frente al calor, todo ser humano debe ser prudente en medio de una ola como la que estamos viviendo. Por ejemplo, evita estar en el interior de un coche estacionado al sol. Reduce también los esfuerzos físicos.