Foto de Pixabay
Son muchas las veces en las que una buena idea fracasa por falta de recursos. Cuando vendes tu idea de manera inadecuada, se puede fallar en la consecución de dinero, conocimiento, trabajo y otros elementos. Esto depende mucho de la forma como la idea fue presentada, lo cual es responsabilidad de quien tuvo la idea o del equipo creativo. Si tienes una idea y necesitas venderla te comparto algunos consejos que he tenido presente en este importante proceso y que debes tener presentes al momento de definir tu estrategia.
Para vender una idea, no hay una fórmula mágica. Lo que puedes encontrar es una serie de elementos que debes tener presente, pero depende de tus habilidades estratégicas y de ejecución, el alcanzar el éxito y el logro de tus objetivos.
Primero que todo quisiera decirte que es importante que antes que nada debes establecer una estrategia y no dejarte llevar sólo por la emoción, ya que este sentimiento, al igual que la pasión que tu idea te genera, es algo inicialmente personal y requieres de cierto esfuerzo y trabajo para transmitirlo a otros. Ahora quiero compartir contigo algunos elementos a tener en cuenta al momento de vender tu idea:
Define un objetivo: Debes saber exactamente que es lo que quieres lograr con la presentación de tu idea. Cuando expones tu idea a alguien, debes saber de antemano que requieres de esa persona y no estoy hablando solo de dinero. Puedes necesitar algo tan intangible como apoyo, inspiración o motivación o cosas tangibles como trabajo, dinero, conocimiento o cualquier otro tipo de recursos.
Selecciona bien a quienes vendes la idea y conócelos: Es importante elegir bien tu público y definir qué te puede proporcionar cada uno para poder diseñar una estrategia acorde.
Define tu idea de manera simple y comprensible: Lo simple vende más que lo complejo. Es más fácil que alguien te de lo que necesitas si comprende claramente los recursos necesarios y para qué vas utilizarlos. Yo hago un ejercicio y es tratar de definir una idea como si fuera un tweet, es decir, no más de 140 caracteres, fuera de ser un ejercicio creativo interesante, te fuerza a quitar lo irrelevante y centrarse en la propuesta de valor concreta.
Enfócate en los beneficios más que en la genialidad: Quizás tu idea sea radical, innovadora y nunca antes vista; en pocas palabras, puede ser genial; pero, lo que al final importa es su propósito. Generalmente a las personas no les importa tanto el cómo se hizo algo, sino sus beneficios e impacto final. Necesitan saber para qué deben darte eso que pides y cómo va a beneficiarlos a ellos y a la sociedad. Debes definir bien qué problema solucionas, qué dolor alivias, qué duda aclaras, qué riesgo eliminas o mitigas y quiénes son los beneficiarios y en cuanto tiempo.
Consigue un buen primer seguidor: Si no puedes convencer a uno, es algo complicado que convenzas a más. El logro del primer seguidor tiene el poder de validar tu estrategia, detectar y llenar los vacíos en tu propuesta, establecer un lenguaje adecuado al hablar y además te sirve de motivador personal y de conector con otras personas y recursos importantes.
Usa más que palabras: Es más fácil convencer a alguien que se monte en un bus, si puede ver el bus. No te limites a describir tu idea con palabras; usa gráficos, animaciones, prototipos, simulaciones y cualquier otro recurso que ayude a que la misma forma que tiene esa idea en tu mente, se transmita de una manera similar a la mente de quienes te escuchan. Hago énfasis en los prototipos ya que tienen mayor impacto en las decisiones de las personas, o ¿no has cambiado de parecer con respecto a algo, luego de tenerlo en tus manos?
Expone claramente lo bueno y lo malo: Es complicado que alguien acepte algo en lo que no confía y una parte importante en la construcción de la confianza es la honestidad. No te limites a mostrar lo bueno de tu idea, ya que tendemos a desconfiar de lo que es demasiado bueno. Aprende a explicar tanto los beneficios, como los riesgos y presenta metas realistas en cuanto a los recursos requeridos, alcance y tiempos de tu idea.
Prepárate para responder por lo que no sabes: Aprender a manejar la incertidumbre es crucial. Siempre al emprender algo tendrás que dejar algunas cosas a merced de factores externos y entre ellas estarán también las preguntas de quienes te escuchen. Ten presente que siempre existe el riesgo de que la pasión por tu idea te ciegue un poco y omitas determinados elementos que quizás salgan a flote al momento de vender tu idea. No es un asunto de enojarse o entristecerse; es de mantener la compostura y prepararse para dar las respuestas adecuadas.
Habla con pasión, pero enfocado en la razón. Cuando hablas con pasión inspiras, pero si además lo haces con razón, convences. Si te enfocas en la parte emocional y descartas la racional quedarás a merced de los escépticos y de las preguntas basadas en lógica y quizás transmitas una imagen más espiritual y menos material de tu idea.
Ten claros los recursos principales que requieres. Parte de la definición de la estrategia está en saber qué es lo que necesitas para hacer realidad tu idea y la manera como cada persona a la que se la vendas puede participar de ella.
Realiza una presentación multisensorial y entretenida. No te limites a presentaciones mal hechas y exposiciones magistrales. Involucra la mayor cantidad de sentidos posibles, apóyate en presentaciones bien diseñadas, maneja un buen ritmo y entonación de tu voz, trata de utilizar prototipos que se puedan tocar y si tienes manera de involucrar el olfato y el gusto mejor. Ten presente además que nuestro cerebro no pone atención a las cosas aburridas así que debes esforzarte por entretener a quienes escuchen tu idea. No estoy hablando de ser un bromista, pero si de ser entretenido.
Conviértete en evangelista de tu idea: No es solo un asunto de hablar y hablar de tu idea; tu objetivo debe ser siempre motivar, inspirara y convencer. No debes ser como un folleto que explica de qué se trata tu idea; sino más bien una persona que ofrece su idea en torno a los beneficios que tiene para cada persona que te escucha, buscando que al menos quien lo escuche crea en el valor de sus palabras.
Hay muchos más consejos para vender tus ideas, pero considero esta lista es adecuada para iniciar. Si tienes algún otro aporte para adicionar, siéntete libre de dejarlo en los comentarios.