En esta lista también incluiremos algunas recomendaciones adicionales para ayudarte a perder peso y mejorar tu salud en general.
Bebe agua antes de cada comida
El agua juega un papel esencial en tu plan para perder peso. Cuando tu cuerpo está deshidratado, el metabolismo se ralentiza y se envían señales que tu cerebro confunde con hambre. Beber un vaso de agua varios minutos antes de comer te ayudará a frenar el apetito mucho más rápido y evitará el consumo de calorías innecesarias.
Reduce el tamaño de tu plato y las porciones
Se han realizado estudios que relacionan el tamaño de la vajilla con la pérdida de peso. Si utilizas un plato más pequeño, te servirás porciones de comida más pequeñas. A partir de hoy comienza a servir tus comidas en ese plato que has dejado de lado en tu cocina porque te parecía demasiado pequeño. Es un ajuste muy simple, pero que a largo plazo tiene un impacto en tu pérdida de peso.
Usa las piernas con más frecuencia
Los músculos de tus piernas son los más fuertes de todo tu cuerpo y queman un gran porcentaje de calorías cuando se usan correctamente. Busca oportunidades durante el día para utilizar tus piernas con más frecuencia; usa las escaleras en lugar del ascensor, estaciona el coche a cierta distancia de la tienda o el trabajo, ponte de pie y camina alrededor de la oficina si pasas mucho tiempo sentado, etc.
Encuentra alternativas más saludables
Este es un ajuste fundamental. Para perder peso no tienes que morirte de hambre, la clave está en buscar opciones más saludables. Por ejemplo, puedes comenzar a consumir variantes integrales en lugar de carbohidratos refinados, edulcorantes naturales que no aporten calorías, en lugar de azúcares refinados o artificiales, lácteos bajos en grasa, frutas naturales en lugar de jugos y bebidas azucaradas. Son muchos los ejemplos que puedes considerar para comenzar a alimentarte sano, perder peso y mejorar tu salud.
Presta atención a lo que comes
Antes de comer algo, piensa por qué lo estás haciendo. Muchas personas comen porque están aburridas, estresadas, nerviosas. Si realmente no es hambre lo que sientes, trata de ocupar tu mente en otra actividad y aléjate de esos bocadillos. Cuando comemos por motivos emocionales podemos caer en un círculo vicioso, donde la comida es nuestra única alternativa para lidiar con las emociones.
Reduce gradualmente los hábitos poco saludables
Crear buenos hábitos y adoptar un estilo de vida más sano requiere tiempo. Si haces todos los ajustes de una vez, es más probable que te sientas frustrado y te rindas en el camino. Comienza poco a poco; inicia una rutina de ejercicios de acuerdo a tu nivel de actividad, disminuye una cantidad razonable de calorías a la semana, introduce nuevos alimentos sanos en tu dieta de forma gradual.
Comienza tu día con proteínas
Ya sean huevos, frutos secos, carne o leche, las proteínas deben formar parte de tu desayuno. Después de dormir tu cuerpo necesita combustible muscular. La cantidad adecuada de proteína en tu alimentación te proporcionará un impulso de energía, hará que te sientas lleno durante más tiempo, te ayudará a construir masa muscular y evitará que el exceso de carbohidratos se almacene en forma de grasa. Las proteínas pueden ser un gran aliado en tu plan para perder peso.
Come despacio y en la mesa
Se necesitan aproximadamente 20 minutos para que el cuerpo libere la hormona de la saciedad (leptina). Esta hormona se encarga de avisarnos que nuestro estómago está lleno y que no necesitamos comer más. Si comes muy rápido, tu organismo no tendrá tiempo de liberar la leptina y es muy probable que comas más de lo necesario. Este es un ajuste muy importante para perder peso; comienza a comer despacio, toma bocados más pequeños y siéntate a la mesa.
Lee las etiquetas de los alimentos
Cuidado con las etiquetas engañosas. No dejes que las campañas de marketing detrás de los alimentos poco saludables te engañen. Un producto puede decir que es “bajo en grasa”, pero es muy probable que no mencione que tiene azúcar o sal añadido para realzar el gusto. Lee siempre la lista de ingredientes e información nutricional; observa la cantidad de calorías y macronutrientes en cada porción para asegurarte de que estás comprando un buen alimento. Puede que te sorprendas de lo ingenuo que has sido comprando ciertos productos, que realmente no son saludables.
Bebe té verde antes de realizar ejercicios
Gracias a su contenido de cafeína y antioxidantes, el té verde ofrece el equilibrio perfecto que necesitas para entrenar tu cuerpo. Beber té verde antes de realizar ejercicios te ayudará a estar más concentrado y tener más energía, a la vez que aumentará tu metabolismo y la quema de grasa corporal.
Incluye ensaladas de verduras en tu dieta diaria
Las verduras son una buena opción para llenar el estómago sin agregar grandes cantidades de calorías. Comerte un plato grande de ensalada te ayudará a mantener el apetito bajo control, te proporcionará vitaminas y minerales esenciales y hará que aumenten tus niveles de energía. Trata de consumir verduras de diferentes colores varias veces al día salud para contribuir a tu pérdida de peso y mejorar la salud en general.
Reduce el consumo de azúcar
El azúcar es la amenaza oculta cuando se trata de perder peso. A veces no somos conscientes, pero el azúcar está presente en casi todos los productos que compramos regularmente. Mira el contenido de azúcar de los alimentos procesados que consumes, es muy probable que encuentres más de un saboteador.
Una vez que hayas ajustado tu rutina necesitarás tiempo para adaptarte a ella. Como ves, son pequeños cambios que poco a poco transformarán tu estilo y calidad de vida. No se necesita mucho esfuerzo para ponerlos en práctica, entonces: ¿cuándo te animas?
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