¿Por qué necesitas tiempo para ti?
Nos pasamos tanto tiempo atendiendo a los demás o centrándonos en nuestras preocupaciones que nos olvidamos de descansar adecuadamente.
Todos los días deberías dedicarte tiempo para ti y que, además, sea de calidad. Un ratito diario que te permita desconectar y centrarte en tu persona.
Cuando te centras en ti mismo, en conectar tu cuerpo y tu mente, consigues el equilibrio que necesitas para afrontar los retos diarios desde otra perspectiva. Te oxigenas, te cargas de energía y todo ello se traduce en más bienestar, menos apatía y la mejora de tu humor.
Ese momento diario que te dedicas te permite saber qué es lo que quieres y te ayuda a tomar mejores decisiones.
¿Cómo encontrar ese momento del día?
Al igual que te organizas para abarcar todo lo que tienes en tu agenda, es importante que cada día incluyas ese ratito que necesitas para ti y pienses en qué lo quieres invertir. Tiene que ser en algo que te haga sentir bien contigo mismo, porque al final de eso se trata, de disponer de tiempo de calidad.
Así que lo primero que tienes que hacer es buscar el mejor momento del día para dedicártelo. Lo ideal es que estés a solas, aunque también puedes optar por realizar alguna actividad que puedas hacer en compañía.
Puedes optar por la meditación y lo único que necesitas es un poco de tiempo tranquilo cada día. Lo puedes hacer al despertar y sin salir de la cama. Solo tienes que cerrar los ojos y tomar consciencia de tu respiración. Tu cuerpo se va despertando al tiempo que se revitaliza.
Otra opción es meditar escuchando música, bebiendo agua o simplemente comiendo. Aprende a centrarte, a concentrarte en el proceso, a identificar los sabores, las texturas y a ser consciente.
De la misma manera, el mindfulness también lo puedes practicar mientras haces deporte. En vez de practicar los ejercicios de manera mecánica, puedes optar por sentirlos, por tomar consciencia de lo que pasa en tu cuerpo, por sentir tu respiración, por concentrarte en lo que haces.
Razones por las que hay que meditar todos los días
La meditación te ayuda a que consigas una atención plena, a ser consciente de tus emociones y también de tus pensamientos. Gracias a ello, consigues una autorregulación que te permite mantener una actitud más “neutral” de tus propias experiencias.
La atención plena es un estado que te permite la apertura a través de la introspección. Reflexionas y te aceptas a ti mismo. La autorregulación no es lo mismo que el autocontrol, más bien es prácticamente lo contrario aunque parezca paradójico.
El autocontrol implica el control de tus emociones, en cambio, la autorregulación fluye por sí misma. Consigues manejar mejor tus pensamientos, tus preocupaciones y tus emociones de manera natural gracias a esa atención plena que pones en ti y que te permite tomar distancia para después recuperarla.
En el momento en que te aceptas a ti mismo, mejoras también tu autoestima, lo que también se traduce en el disfrute de tu bienestar. Te sientes bien contigo mismo, te sientes bien con el entorno. Tomas consciencia de lo que quieres y de lo que no quieres a la par que consigues la confianza para cambiar aquello que no te gusta.
Como puedes ver, tu equilibrio personal es fruto de una cadena en la que cada eslabón está conectado con el anterior. Tienes la opción de entrar en un círculo saludable que incluye una serie de hábitos positivos para tu salud. Y el primer paso para conseguirlo empieza en ti mismo, en dedicarte ese momento del día a tu persona.
Siempre relacionamos el mindfulness con la psicología positiva porque la meditación es una herramienta, una técnica para mejorar tu bienestar. Lo mejora porque está más que demostrado que la atención plena te ayuda a sentirte más satisfecho con tu vida y con el afecto positivo.
Si lo piensas bien te das cuenta enseguida. ¿A que no es lo mismo dar un abrazo de corazón que un simple abrazo? ¿A que te sientes mejor cuando pones el alma en lo que haces? Tu propia actitud hacia ti mismo y hacia los demás te ayuda a generar un círculo positivo a tu alrededor que te aporta bienestar, que te hace sentir feliz y que te hace ser más afectuoso y ser más receptivo al afecto de los demás.
Y lo mismo que pasa en el área emocional de tu vida, te pasa en la física y psicológica. La meditación mejora tu memoria, tu capacidad de reacción y, por supuesto, tu concentración. A la par que mejoras también amortiguas los síntomas depresivos.
Cuando te sientes bien contigo mismo gestionas mejor tu tiempo y tus tareas, con lo que evitas el estrés, la ansiedad y encuentras rápidamente la solución a tus problemas o tus preocupaciones. Alivias el sufrimiento y potencias virtudes positivas como son la compasión, el bienestar o la sabiduría.
Como puedes ver, tu bienestar está completamente relacionado con tus hábitos diarios. Si no lo has hecho aún, es importante que incorpores nuevas rutinas a tu día a día para trabajar tu equilibrio interno con técnicas que te permitan conseguirlo.
El primer paso lo tienes que dar tú dedicándote ese momento del día. No es tan difícil y si te lo propones lo vas a encontrar. Los resultados que conseguirás son más que satisfactorios para darle un giro radical a tu propia existencia.
En este post te hemos dado algunos consejos para que lo consigas. El cambio empieza en ti mismo y, como una cadena, seguirá en tu entorno. Solo hay un momento para hacer las cosas, y ese momento es ahora.
En conclusión, cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de cuidar de nuestra mente, tal y como propone el método Crear Salud.
Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, en consecuencia, ser más feliz.
Fuente: este post proviene de Crear Salud, donde puedes consultar el contenido original.
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