Aquí está planteando el número 2 de esta serie de tres, por si te has perdido la 1, te la dejo aquí. Digamos adiós a noviembre con algo estimulante:
Dhanurasana o Postura del Arco se llama así porque su forma se asemeja a ésta antigua pieza de armamento: los brazos que representan las cuerdas tensas y el cuerpo a la extremidad del arco. Es una pose desafiante que requiere un poco de flexibilidad en los hombros y de flexión en la zona de la cadera, así que por favor, debes practicar ésta pose con extrema precaución si sufres de lesiones en la espalda. Como en cualquier pose de yoga, escucha a tu cuerpo, tómate el tiempo que necesites para entrar y salir de una pose, no hay ninguna prisa.
¿Qué es lo que hace que ésta postura sea tan vigorizante?
Al respirar más profundamente, nos llegará más oxígeno en los pulmones por lo que nos daremos cuenta de la subida de la frecuencia cardíaca, y sentiremos un estiramiento profundo en la parte delantera del cuerpo (pecho, órganos), así como en la garganta.
Antes de hacer ésta pose, si estás familiarizada con el yoga, debes calentar con varias rondas, de Saludo al Sol, en lo posible, durante unos diez minutos, si no, pon tu cuerpo en movimiento para entrar en calor, estirar las caderas y los hombros, los brazos, etc. Una vez que tu cuerpo se sienta cálido y más flexible, puedes comenzar la pose:
Acuéstete boca abajo, en tu colchoneta o esterilla.
Flexiona las piernas y sujeta los tobillos o los empeines con las manos. Los cinco dedos de la mano deben permanecer juntos (no separes el pulgar) y coge el tobillo por el exterior (como te muestra la fotografía de arriba)
Intenta simultáneamente, levantar las rodillas del suelo, metiendo el coxis y girando los muslos hacia adentro. Y el pecho por delante empujando los dorsales y omóplatos y resistiendo con los brazos hacia atrás.
Haz un par de respiraciones y descansa un momento.
Vuelve a realizar el movimiento completo al ritmo de la respiración.
En la siguiente inhalación vuelve a formar la postura e intenta quedarte inmóvil, dejando tu cuerpo suspendido sobre el abdomen.
Mantén ésta postura al menos 20 segundos, y respira más plácidamente. Desciende al exhalar, suelta los tobillos y relájate.
Disfrute el efecto vigorizante y el empoderamiento de esta postura y utilizar su energía renovada para el resto de tu día … Ahora estás lista y llena de nergía como para una clase de baile!
Beneficios
– Devuelve a la columna sus curvaturas naturales, la felxibiliza y evita su envejecimiento prematuro
– Estira intensamente todos los músculos de la parte anterior del cuerpo
-Alivia desajustes gastrointestinales, como la dispepsia, el estreñimiento crónico e hígado perezoso.
– Estimula los nervios espinales y el sistema nervioso simpático.
– Previene la calcificación de las articulaciones vertebrales.
– Ayuda a regularizar el ciclo menstrual.
– Favorece el funcionamiento de todos los órganos abdominales.
– Tonifica y descongestiona el plexo solar.
– Combate la celulitis y el sobrepeso.
– Mejora el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, regulando la secreción de adrenalina y cortisol.
– Descongestiona el hígado.
– Proporciona masaje a los riñones que mejora su función de eliminación.
– Previene la calcificación de las articulaciones vertebrales.
-Estimula el páncreas, resultando una asana muy útil en el tratamiento yóguico de la diabetes.
Contraindicaciones
No deben practicar el arco las personas que padezcan de hernia o úlcera péptica. Tampoco es aconsejable en el caso de dolencias importantes de los órganos abdominales, hipertensión o hernia discal.
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