La asociación Fisioterapia Sin Red lleva ya 3 años organizando esta gran iniciativa de reunir a todos sus socios (y otros profesionales que quieran participar) para disfrutar de una buena Jornada Clínica de Fisioterapia, sin apellidos, sin adornos. En esta ocasión se volvió al formato de casos clínicos con pacientes reales, donde 3 fisioterapeutas valoraron y trataron a 3 pacientes, frente a un auditorio integrado por fisios equipados con algo que ha supuesto una gran novedad este año: un mando que permitía votar por las opciones de tratamiento, razonamientos empleados, etc. Haciendo que la participación fuera un elemento clave de la jornada.
En esta jornada clínica #1NFSR pudimos disfrutar de Elena Bueno con un caso bastante complicado de valorar y tratar, Carlos Rodríguez con un caso de fisioterapia en neurología y Lluis Puig con un caso de lesión de hombro que estaba esperando fecha de operación y que parece que va a tener que cancelarla, pues tiene buen pronóstico con el tratamiento propuesto.
Como resumen de la jornada, os propongo leer la entrada de Luis Torija, escrita con mucho arte y mucha ciencia y también el resumen de la jornada según la visión personal de Nacho Fabiani en su blog.
Por mi parte simplemente quiero destacar el valor de esos 3 fisioterapeutas, que se pusieron delante de un auditorio para mostrarnos cómo hacen su trabajo. Su exposición pública nos sirvió a todos para ver sus aciertos, para incorporarlos a nuestra práctica diaria, y también pudimos criticar nuestros propios fallos, aprendiendo aquello que debemos dejar de hacer desde ya.
Lo esencial es lo principal
A pesar de la gran maestría de los 3 ponentes, con un nivel técnico espectacular, tanto a nivel de razonamiento como de pericia manual, lo que más me sorprendió es que las habilidades de que hicieron gala y que más necesitaron para valorar y proponer un tratamiento que ayudara a sus pacientes fueron las básicas que se estudian en primero de carrera:
Anamnesis. Entrevista con el paciente. Recogida de datos, pregunta sobre síntomas, cómo empeoran o mejora, qué le da miedo, qué le gustaría conseguir… Invertir mucho tiempo hasta formar una hipótesis de tratamiento. Si no sabemos qué buscamos, aplicaremos las técnicas dando palos de ciego. Hay que sentarse y hablar largo y tendido con el paciente hasta saber todos los detalles para buscar el tratamiento más adecuado. Tenemos que saberlo los profesionales y tienen que saberlo los pacientes.
Feedback constante. Los ponentes continuamente miraban los gestos del paciente, preguntaban si aparecía dolor, pedían permiso para tocar, mover y realizar técnicas. También reforzaban los pasos en la buena dirección con frases de ánimo… Si consiguieron relajar a sus pacientes ante un auditorio repleto, en consulta seguro que consiguen un efecto más potente. Esto ayuda a forjar una buena relación terapeuta-paciente, fundamental para el buen funcionamiento del tratamiento.
Evaluación y reevaluación: Siendo metódicos, descartando lo que no conducía a ninguna parte y centrándose sobre todo en lo que el paciente necesitaba.
Anatomía, biomecánica, fisiología, cinesiterapia…: Las asignaturas de primero de carrera fueron las grandes protagonistas, de ahí el título de esta entrada. Destaco, una vez más, la gran habilidad mental y manual de los ponentes y lo metódico de su exposición y tratamiento, pero lo que más vimos, sobre todo en el caso de Lluis Puig, es que teniendo los conocimientos básicos bien asentados, podemos ayudar mucho a nuestros pacientes desde la primera sesión.
Alianza terapéutica: Es vital conectar con el paciente. Invertir mucho tiempo en hablar con él y, sobre todo, en dejarlo que hable. Saber escuchar es una habilidad básica que parece que vamos perdiendo cuando empezamos a colgar títulos de cursos en la pared. Nuestra técnica puede ser muy buena, pero necesitamos saber lo que el paciente quiere y explicarle cómo puede conseguirlo.
Hablar claro al paciente: Explicarle su problema, su dolor, evitar meterle miedo, luchar con los conceptos erróneos que maneja y explicarle cómo y por qué puede hacer ciertas cosas para mejorar su problema, y cuales debe evitar.
Con los conocimientos y la experiencia que ahora tengo, no tengo ningún problema en volver a primero de carrera para recordar todos estos conceptos que parece que teníamos asimilados, pero que muchas veces no sacamos a relucir. El razonamiento clínico empieza por no olvidar lo importante, y parece que a veces nos interesa más formarnos en muchas técnicas diversas, para así poder tratar casos también diversos, pero olvidando que las técnicas por sí solas no ayudan a nuestros pacientes, y que se puede conseguir mucho haciendo cosas básicas, pero haciéndolas, eso sí, muy, muy bien.
Para terminar, agradecer a Fisioterapia Sin Red (y al Colegio de Fisioterapia de Andalucía, que participó en la organización), a los ponentes y a los pacientes por darnos las clases que no recibimos en la Universidad. A los pacientes en especial por prestarse a participar y por enseñarnos tanto, con las lecciones explicando en primera persona su dolor y recordándonos a los profesionales que nunca debemos perder la empatía y la parte emocional de nuestro trabajo.
¿Y a ti qué te pareción el 1NFSR? ¡Deja tu comentario!
La entrada Volviendo a 1º de carrera. Jornada Clínica #1NFSR (mi resumen) ha sido publicada originalmente en Tufisio.net Blog de Fisioterapia.