Disponer de una vida consciente es disfrutar de una vida sana y sin estrés.
De verdad, si quieres saber exactamente qué es eso del estrés, por qué se produce y qué consecuencias tiene tanto para tu mente como para tu cuerpo, te voy a recomendar un buen libro sobre el tema cuyo título ya es una sorpresa: "¿Por qué las cebras no tienen úlceras?. La guía del estrés" de Robert M.Sapolsky
Para tener una vida sana, es muy importante que conozcas las consecuencias que el estrés mal gestionado y perdurable en el tiempo, puede tener en tu salud tanto física como mental.
Pero antes de "meternos en harina", en estos próximos post para hablar de una vida sana viviendo sin estrés, no está de más que puedas conocer tu grado de estrés en estos momentos ¿verdad?.
Pues vamos a ello. Así que te invito a que tomes papel y boli, y realices este sencillo test que te propongo. Con él, podrás observar la percepción del grado de estrés que tienes y si estás en el camino de una vida sana o, por el contrario, no te vendría mal llevar a cabo algunos "arreglillos" en tu forma de vivir y percibir tu realidad.
Este test es una adaptación del test de Holmes y Rahe sobre medición del grado de estrés
En cada una de las preguntas, responde con un SI o NO y anota tu respuesta.
CUESTIONARIO DE NIVEL DE ESTRÉS:
1. ¿Te enfadas con mucha facilidad?
2. ¿Sueles tener problemas de salud?
3. ¿Prefieres quedarte en casa a competir en el exigente mundo moderno?
4. ¿Te resulta difícil mantener el equilibrio en situaciones de agresión externa?
5. ¿A menudo te sientes poco amado o amada?
6. ¿Se te hacen insoportables las críticas?
7. ¿Sientes que en tu vida hay más sacrificios que compensaciones?
8. ¿Te sientes solo/a o vacío/a?
9. ¿Sientes que tienes mucha responsabilidad en tu trabajo?
10. ¿Te cuesta separar los problemas externos (laborales, económicos) de tu vida interior?
11. ¿Sientes que en tu trabajo no te valoran como te mereces?
12. ¿Tienes conflictos en tu vida de pareja?
13. ¿Sientes que tu vida es muy rutinaria?
14. ¿Te sientes a prueba en forma permanente?
15. ¿Te cuesta imponer tu autoridad?
16. ¿Te sientes mal contigo mismo?
17. ¿Tu trabajo te resulta rutinario y poco apasionante?
18. ¿Has perdido tu trabajo o estás a punto de perderlo?
19. ¿Tiendes a ser introvertido?
20. ¿Te resulta difícil distribuir bien tu tiempo?
21. ¿Tu trabajo te provoca frecuentes disgustos?
22. ¿Haces más cosas de las que puedes?
23. ¿Te cuesta perdonar?
24. ¿Te disgustas mucho cuando las cosas no salen como habías planeado?
25. ¿Te cuesta encarar de frente las dificultades?
26. ¿Sueles dejar las tareas a medio hacer o aplazarlas habitualmente?
27. ¿Te agobia la dificultad de que el dinero te llegue a fin de mes?
28. ¿Tu vida ha experimentado muchos cambios en el último año?
Pues bien, ahora que tienes las respuestas a cada una de las preguntas, tienes que sumar tu puntuación teniendo en cuenta que cada SI son 2 puntos y cada NO 1 punto.
Con la suma final, calcula con el siguiente baremo, tu grado de estrés:
MENOS DE 35 PUNTOS: BAJO NIVEL DE ESTRÉS
DE 35 A 48 PUNTOS: NIVEL MODERADO DE ESTRÉS
MÁS DE 48 PUNTOS: ALTO NIVEL DE ESTRÉS
De esta forma tan sencilla, vas a poder tener una primera toma de contacto con tu grado de estrés y ser consciente del grado de vida sana en el que estás en estos momentos.
Y ahora quiero que no olvides estas dos palabras: "homeostásis" y "alostásis". Dos conceptos en la psicología de le emoción, para determinar la estabilidad de nuestro medio interno. Hablan del buen funcionamiento del organismo que, precisamente, queda roto cuando aparece el estrés.
Tener una vida sana, sin duda, es establecer un continuo encuentro con nuestra paz interior que refleja nuestro propio equilibrio. El problema es que, dado el nivel de estrés que solemos tener, esa paz queda suspendida y nuestro nivel de equilibrio interno roto.
Tienes que tener claro que, dentro de las tres fases del "Síndrome General de Adaptación" que señalaba Hans Selye (reacción de alarma, estado de resistencia y fase de agotamiento), es en esta última, en la fase de agotamiento, cuando el estrés termina "haciendo de las suyas" al sostener ese grado de desequilibrio interno durante tiempo.
A través de la práctica de mindfulness o de atención plena, cuando conseguimos apagar el piloto automático con el que vivimos y comenzamos a tomar conciencia del instante presente, cuando nos habituamos a vivir en el aquí y ahora, somos capaces de diferenciar entre responder y reaccionar, lo que consigue que establezcamos un buen dominio del estrés.
Vida sana, estrés y vida interior. Las posibilidades del cambio.
Esto es lo que vamos a ver durante las tres siguientes entradas en el Blog, cuyos enlaces irán apareciendo al final de cada texto para que puedas ir de unas a otras.
Es cierto que el estrés es necesario para dar respuesta a los cambios y exigencias de nuestro entorno, pero el problema es cuando, por un lado, vamos hacia un grado más de estrés por acontecimientos y puntos de vista que sólo están en nuestra mente y porque no sabemos gestionar bien el tiempo que disponemos durante, por ejemplo, un día.
Date cuenta que, en función de nuestra percepción sobre nuestra propia realidad, se produce una activación interior que da lugar a una emoción y a una serie de cambios corporales. Si esa percepción ya es de por sí negativa, todo lo que acontece a continuación es una deriva de negatividad que produce una alteración en nuestra homeostasis o equilibrio natural de nuestro cuerpo.
El estrés es necesario para nuestra propia supervivencia, pero un agravamiento de ese estrés, puede producir incluso graves enfermedades.
Fíjate en la relación entre activación y rendimiento que marcaban Yerkes y Dodson a principios del siglo XX.
Mayores grados de activación (entendamos esta como estrés y aceleración vital) producen ansiedad y desorganización.
Igual que una baja activación, lo que produce es somnolencia.
Por lo tanto, encontrar un buen nivel de estrés, apto para una vida sana, hace que nos sintamos en un buen equilibrio óptimo para desarrollar nuestra vida desde ese punto de vista de vida sana.
Como podrás observar si no lo has hecho ya siguiendo los escritos del Blog de Plenacción y los programas mindfulness, en especial el PROGRAMA 40 y el PROGRAMA VIVO AHORA, la práctica de mindfulness o de atención plena, es una magnífica herramienta para gestionar no sólo nuestro tiempo de forma adecuada, sino para gestionar de manera adecuada el estrés y, por lo tanto, conseguir un buen equilibrio en nuestra vida interior y llevar una necesaria vida sana en estos tiempos de tantos cambios y aceleraciones.
En el siguiente post del Blog, veremos cómo combatir el estrés, pero ahora quiero que recuerdes algo que nos señala Sapolsky en su libro que te reseñaba al principio del artículo: "¿Por qué las cebras no tienen úlcera?. La guía del estrés" y es que "Los humanos podemos activar las respuestas de estrés pensando en los agentes estresantes potenciales que pueden romper nuestro equilibrio homeostático en un futuro lejano".
Es decir, que el estrés tiene solución y no está en otro sitio que en nuestro interior.
Y ahora una pequeña práctica mindfulness para empezar.
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