La presencia de flujo vaginal no siempre debe ser un motivo de preocupación para la mujer, ya que en la mayoría de los casos suele ser algo normal. El flujo vaginal es producido por las glándulas en el canal vaginal y el cuello uterino con el fin de eliminar las células viejas que se encuentran en la zona. Esta es una cuestión muy importante debido a que así se mantiene el área limpia y lubricada, evitando posibles daños y eliminando organismos patógenos o materiales extraños.
Antes de la ovulación, se produce moco vaginal en grandes cantidades, con el objetivo de preparar al útero para una posible fertilización. En esta etapa, la producción de moco se incrementa hasta 30 veces, razón por la que muchas mujeres usan protectores diarios durante esos días.
El flujo vaginal puede ser descrito como de color blanco o claro, acuoso, libre de olores y con una cantidad aproximada de una cucharadita. Por lo general se compone de la flora bacteriana normal y los fluidos liberados por las células vaginales. No obstante, se pueden observar cambios dependiendo de la fase menstrual, los medicamentos que se tomen y la actividad sexual.
Al inicio y al final del ciclo menstrual es común la presencia de un flujo vaginal blanco y espeso, que no pica, mientras que durante la ovulación el flujo tiende a ser transparente y extensible. En diferentes fases del ciclo menstrual o después de una actividad vigorosa, se puede liberar un flujo transparente, fino y acuoso.
Flujo vaginal anormal
Aunque el flujo vaginal está presente normalmente en la mujer, existen ciertas características que deben ser supervisadas ??porque son signos de que algo anda mal. Algunos de los síntomas anormales en relación al flujo son la presencia de prurito, olor desagradable y cambios en la coloración.
Por ejemplo, un flujo vaginal de color amarillo o verdoso es un signo de infección por patógenos bacterianos o protozoos. La secreción por infección de levaduras puede ser espesa con un olor desagradable. Si el flujo que se presenta es de color marrón oscuro o negro, puede deberse a la sangre vieja que se ha secado tras el período menstrual.
El flujo vaginal acompañado de erupción y úlceras, sensación de ardor en la piel alrededor de la vagina, secreciones abundantes o persistentes, acompañadas de dolor, debe ser examinado por el personal médico ya que puede deberse a una causa de mayor seriedad.
¿Cuáles son las causas?
Una de las causas del flujo vaginal anormal puede ser la presencia de crecimiento bacteriano en la vagina o vaginosis bacteriana. Por lo general, este flujo tiene olor a pescado, es de color amarillo o gris y puede venir acompañado de otros síntomas que indican infección.
El protozoo Trichomonas vaginalis, es otra de las causas que se transmite comúnmente a través del contacto sexual. Este organismo se mantiene vivo en ambientes húmedos, es por ello que las toallas sanitarias usadas por largo tiempo o los trajes de baño que se vuelven a usar sin lavar, son otras vías por las que el protozoario se puede transmitir y entrar en contacto con el canal vaginal.
El hongo Candida albicans, que es parte de la flora vaginal normal, puede convertirse en patógeno y crecer abundantemente en el área. Esto da lugar a un flujo vaginal con apariencia de queso, acompañado de picazón.
Hay otros organismos que también se conocen como causas del flujo vaginal anormal, como la Neisseria gonorrhoeae, la Chlamydia trachomatis y otras infecciones de transmisión sexual. Sin embargo, se debe hacer énfasis, más que en el reconocimiento de los organismos que causan el flujo vaginal anormal, en las condiciones que los favorecen, como un medio alcalino y una resistencia debilitada, pues constituyen una parte importante en su prevención.
La vaginosis bacteriana
Una de las condiciones más comunes que resultan en un flujo vaginal anormal es la vaginosis bacteriana, que aparece cuando la flora bacteriana normal de la vagina crece en abundancia y sin control. Se solía pensar que las especies Gardenella causaban esta condición, pero más tarde se descubrió que existen varias especies que pueden provocar la vaginosis.
Causas y síntomas
Los principales factores que predisponen al desarrollo de la enfermedad son el uso de antibióticos, de duchas vaginales, el tabaquismo y el comportamiento sexual de riesgo. Se plantea que existe una serie de bacterias que pueden causar el flujo vaginal maloliente y característico de esta condición.
No suelen presentarse otros síntomas aparte del flujo vaginal fino, acuoso, de color grisáceo o blanquecino, con un olor fétido como a pescado.
Cómo tratar la vaginosis bacteriana
La opción de tratamiento más común para esta condición es el uso de antibióticos, como metronidazol (Flagyl) o tinidazol (Tindamax). El primero se utiliza con mayor frecuencia, ya que es eficaz en la reducción de la secreción vaginal y la eliminación de los microorganismos, pero puede provocar efectos secundarios como vómitos, náuseas, cambios en el color de la orina y falta de apetito.
Un antibiótico relativamente nuevo, el tinidazol o Tindamax, se está convirtiendo en una opción popular para remediar la vaginosis bacteriana, ya que representa menos efectos secundarios que el metronidazol.
Por lo general, las pacientes que sufren de esta dolencia son capaces de recuperarse en cuestión de 12 semanas, pero si la presencia de flujo vaginal es recurrente o no hay mejoría notable, se recomienda acudir a la consulta médica para cambiar el tratamiento a un antibiótico más fuerte u obtener una evaluación adicional.
Aparte del uso de los fármacos, otras opciones de tratamiento para el flujo vaginal debido a la vaginosis bacteriana incluyen una estricta higiene personal, la ingesta de probióticos y vitaminas para mejorar las defensas y la práctica del sexo seguro.
Resumen
El flujo vaginal siempre debe ser observado, aun cuando sea algo normal en la mujer. La vaginosis bacteriana es una causa común del flujo vaginal anormal y es my importante estar familiarizado con las características de la secreción, ya que no se manifiesta ningún otro síntoma. Ante cualquier anomalía es necesario acudir al médico para determinar la causa exacta.