Se deja ver principalmente en invierno, ya que aparece cuando la persona siente frío o ante cuadros de estrés. Por ello las personas que viven en climas fríos tienen mayor tendencia de desarrollar esta enfermedad, siendo más común en mujeres y en personas con antecedentes familiares.
El síndrome de Raynaud provoca la contracción de los vasos sanguíneos impidiendo que la sangre llegue a la superficie de la piel haciendo que las manos y/o pies se vean blancas y azuladas. Al regresar el flujo sanguíneo a las zonas afectadas, la piel se enrojece de manera considerable y provoca una sensación de palpitación o de hormigueo.
En casos severos, puede llegar a ser muy dolorosa y difícil de tratar. Conviene mantener controlada ésta afección ya que puede llegar a causar úlceras en la piel y muerte de los tejidos, y aunque normalmente no requiere tratamiento farmacológico, en casos más graves, el tratamiento puede incluir medicación que nos ayude a mantener dilatados los vasos sanguíneos.
Pero cuando nos toca convivir con el Síndrome de Raynaud es imprescindible seguir a pie de letra estas recomendaciones:
Mantener los pies y las manos secos y calientes.
Calentarse manos y pies con agua tibia.
En invierno, no salir a la calle sin guantes y sin gorro.
Evitar aires acondicionados.
No fumar.
Evitar el estrés y controlarlo.
Hacer ejercicio con regularidad, aunque en invierno conviene no hacer ejercicio al aire libre.
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