Traer la comida de casa puede ser más saludable que comer en el bar o en el restaurante. En sí ya aporta una serie de ventajas, como reducir el coste que pagamos por ello, aprovechar las comidas y cenas que han sobrado, y elegir unos buenos alimentos para que no engordemos tanto.
Escoger alimentos o platos fáciles de preparar. Para ello son buenas las ensaladas, las verduras y legumbres, pasta, arroz y pequeñas porciones de carne o pescado.
Comer bien los alimentos
Hay que pensar, a la hora de hacer la cena en casa, que una parte de lo que nos comamos será para el día siguiente en la oficina. Por lo que los alimentos deben estar bien cocidos para ser consumidos durante el día de mañana.
Mantener alimentos en la nevera
Es importante que los alimentos estén en buen estado para ser saludables y estar bien consumidos. Así que, nada más llegar al trabajo, deben guardarse en la nevera pues pasarán algunas horas antes de que se realice la comida.
Menús equilibrados
Es importante establecer una organización en los menús semanales. Hacer una combinación perfecta entre lo que se come en casa y lo del trabajo. Los nutricionistas recomiendan planificar las dietas alternando platos diferentes para que no caigamos en la monotonía.
Pan, fruta… algunas personas creen que con llevar algo de comida en el táper en el trabajo es suficiente. Pero es recomendable acompañar estos platos con algo de pan, no hace falta todos los días. Y tener en cuenta los postres, con una pieza de fruta diaria, y luego algún yogurt o natilla para compensar.
Menos platos a la plancha
Aunque son más fáciles de realizar, los platos a la plancha resecan las comidas a la hora de calentarlas en el microondas.
Mejor no comer de la fiambrera
Es más cómodo y rápido, pero también pierde bastante encanto. Para que la hora de la comida sea mejor, se recomienda que pueda hacerse en un plato y se dediquen los minutos pertinentes a comer bien y de forma relajada.