En la actualidad, aproximadamente el 60% de las personas mayores tienen algún síntomas o trastorno del sueño. Dado que la regulación de la temperatura corporal está estrechamente relacionada con el equilibrio del ciclo sueño-vigilia, la época estival es una de las más propicias para que los síntomas afloren o se pronuncien. “Con la edad se deterioran los mecanismos responsables de la regulación de la temperatura, tanto de la eliminación como del mantenimiento de la misma, lo que tiene una implicación directa en la continuidad y profundidad del sueño”, indica el Dr. Francisco Javier Puertas, miembro de la Sociedad Española de Sueño.
Así, los ritmos circadianos se alteran, ocasionando frecuentemente un adelanto de la fase del sueño, con una sensación de adormecimiento que aparece antes de la hora deseada y un despertar matutino también precoz, síntomas o trastorno del sueño. Pero los especialistas restan importancia a este hecho: “aunque a estas edades, las personas suelen dormir menos horas durante la noche, habitualmente se echan una siesta, lo que supone una duración total de sueño que no es demasiado diferente a la de edades anteriores”, explica la Dra. Merino.
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Otro de los trastornos del sueño frecuentes en la tercera edad es la apnea del sueño, con una prevalencia por encima del 10% de las personas mayores. “En los últimos tiempos, se ha constatado que el índice de apnea/hipopnea por hora de sueño, que es el marcador de gravedad de la enfermedad, aumenta con la edad, lo que puede suponer una implicación importante en las consecuencias cardiovasculares del paciente”, advierte el Dr. Puertas.
De hecho, la mayoría de los trastornos de sueño aumentan el riesgo de accidentes cerebrovasculares y cardiacos, que muchas veces, ocurren en las últimas horas de la noche o al despertar, y favorecen la aparición de otros trastornos que inciden en la salud cardiovascular, como la diabetes o la obesidad.
La elevada prevalencia de trastornos de sueño en las personas mayores influye en gran medida en su calidad de vida. Para prevenirla, “lo mejor que podemos hacer en la tercera edad, aparte de tener una dieta sana, una vida social activa y hacer ejercicio acorde con la edad, es seguir unas normas de buena higiene del sueño”, explica la Dra. Merino.
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