Hola a todos!! Hoy os traigo mi experiencia personal sobre el último cambio de método anticonceptivo que he hecho junto a mi ginecóloga. En este sentido, quiero compartir con vosotros mi pasado y los métodos que he usado, pero sobre todo el último, que ha sido más “traumático” y me ha hecho cambiar sustancialmente mis pautas de insulina. Espero que os pueda ser de utilidad a otras mujeres que os planteáis empezar a usar un método o como yo, a cambiarlo.
Cómo comencé a tomar anticonceptivos y cuántos he usado.Aunque tengo diabetes desde los 7, mi endocrina comenzó a tratar conmigo temas de ámbito sexual a las 18, cuando me dijo que las mujeres con diabetes teníamos que tener cuidado con las relaciones sexuales y que tomar anticonceptivos seguros era la mejor forma de prevenir embarazos no deseados, junto al preservativo, para prevenir enfermedades de transmisión sexual. Por suerte, en casa, jamás ha habido tabues en torno al sexo y gracias a ello comencé a tomarlos a los 17, cuando mi madre comprendió que tenía que afrontar conmigo este tipo de temas. No obstante, la actualización de mi endocrina es algo que me sorprendió, ya que en la actualidad, muchas mujeres comienzan a tener relaciones antes y la prevención desde edades más jóvenes, como comentaba, es muy importante. Por tanto, mamás, papás e hijas, no esperéis a los 18 y tomad decisiones importantes cuando sea oportuno, independientemente de la edad.
Os pongo en contexto, mi primer anticonceptivo fueron pastillas de 20/75, las clásicas que se suelen tomar tengas o no diabetes. Todo fue bien durante varios años, pero a los 21 se me empezaron a hinchar mucho las piernas debido a ellas y tuve que dejarlas por recomendación de mi médico, pasando de pastillas a un DIU hormonal de 5 años de duración. Durante esos cinco años, no tuve inconvenientes, la inserción y los primeros meses algo molesta, ya que el cuerpo se tiene que acostumbrar, pero después bien. Cuando se caducó, me cambié a un DIU de menor duración, Jaydess de 3 años de duración y con él también muy bien. No tenía la regla (algo propio del método) y los picos por los periodos hormonales se redujeron. Los gestágenos siempre me han sentado bien.
Diciembre de 2019. Retirada del DIU.
Sin embargo, tras mi boda este pasado septiembre, se caducó y fui al ginecólogo a quitármelo. Mi sorpresa fue que cuando fui a la consulta… me dijeron que se había movido y que por no poder llegar a los hilos (son unos pequeños hilos que tienen los DIUS para poder quitarlos) tendría que retirármelo en quirófano para llegar al útero, donde se encontraba. Me dieron cita para la retirada el 15 de diciembre…(prefiero no decir el centro) pero me lo tomé con filosofía ya que es algo “relativamente normal” y en principio no hay riesgos, pero no tanto mi madre, que me propueso consultar una segunda opinión ya que le parecía una cita muy lejana.
Todo iba bien, pero el 1 de diciembre comencé con un dolor horrible en el abdomen. Poco a poco fue aumentando hasta que ya no me podía mover. Pensé que era un dolor de barriga o el periodo, pero comenzó a ser tan fuerte que me asustó (sinceramente pensé en una perforación o apendicitis). Así que no esperamos más y fuimos a urgencias.
Foto que le mandé a mi madre para que supiese que estaba bien
Cuando llegamos, me asistieron rápidamente e intentaron explorarme, pero fue imposible. Tuvieron que ponerme suero, tramadol y un analgésico para el dolor porque me retorcía. Tras una hora y media aproximadamente, me dijeron que había tenído una rotura folicular. Los folículos se encuentran en el útero, normalmente miden milímetros, pero una de las cosas que pueden provocar los gestágenos es un crecimiento de estos y cuando se rompen son muy dolorosos, soltando un líquido muy ácido en la zona. El mío media en torno a los 2 centímetros.
Intentaron quitarme el DIU, pero con la inflamación no pudieron y a las 4 de la mañana nos fuimos a casa. El lunes lo pasé bastante mal, muy dolorida, sin casi poder andar y con la barriga como un tambor. Me dijeron que tenía como una “lata de coca cola dentro de la barriga” y hasta que ese líquido no se reabsorbiese no me encontraría bien. Sin embargo, yo no estaba tranquila y me fui al Hospital 12 de Octubre a que me volviesen a explorar.
Allí me dijeron que todo iba bien y que el dolor que seguía teniendo era normal, me pudieron quitar el DIU en consulta (sin necesidad de anestesia ni quirófanos) y me cambiaron a Cerazet, unas pastillas anticonceptivas de progestagenos, catalogadas por la OMS como seguras para personas con diabetes.
Mi cambio de anticonceptivo. De DIU a Cerazet.
Tras quitarme el DIU todo fue a mucho mejor, tenía mucho menos dolor y comencé a poder moverme con mayor normalidad (por supuesto con muchos analgésicos). Tuve una regla súper abundante, que al parecer también era normal por la rotura folicular y la pastilla parecía que la estaba tolerando bien. Pero no fue del todo así.
Tras cuatro días comenzó la feria de glucosas, 300, 250, 360, 49, 210, 85, 315… así todo el día. Al principio pensé que era todo por lo mismo, por lo que intenté tranquilizarme y relativizar corrigiendo lo mejor que podía, pero nada. Tras dos semanas así y ya desesperada, consulté a mi endocrino si la causa podía ser el cambio de método y tras hacer un análisis de mi rutina, pautas y demás, definimos que esa tenía que ser la razón ya que no había mayores explicaciones, el cambio de vía (de la vaginal a la oral) podría haber provocado ese desajuste . Tenía un patrón parecido al de los corticoides, sumado a resistencia a la insulina.
Le propuse dejarlo, pero tras debatirlo, me dijo que no porque podría ser peor, ya que había ajustado las dosis y si lo dejaba de pronto, podría aumentar el descontrol. Así que pactamos continuar con ellas.
Aunque yo ya había ido ajustando, consensuado con él fui aumentando más, hasta 7 unidades más de basal al día. Eso ha hecho que mis glucosas se hayan estabilizado y ya no tenga casi picos. Encima se me sumó un refirado y con la medicación que interfiere con el Freestyle Libre lo he tenido que hacer todo con glucómetro, pero gracias a Dios, ya estoy practicamente en rango todo el día.
Mis conclusiones
Si cambias de método, siempre de la mano de un ginecólogo.
Si tienes desajustes y no eres capaz de controlarlo, pide ayuda a tu endocrino.
No te agobies, todo vuelve a su cauce.
Si tienes un problema con un método y tienes dudas, pide una segunda opinión.
Si se caduca tu método o comienzas con algún efecto secundario, no esperes, ve al momento.
Ojo, no digo que el DIU sea un mal método, ya que a mí los dos me fueron súper bien, pero es cierto que no tendría que haber esperado tanto cuando se caducó y haberme conformado con una cita tan tardía. Que de todo se aprende y que como cada uno somos un mundo… nuestro médico es quien mejor nos puede ayudar.