Tengo más de sesenta años y desde hace tiempo sufro de neuropatía diabética. Recientemente, desarrollé ineficiencia renal y uno de los síntomas más molestos de ésta es el prurito, una comezón insaciable que me hacía rascarme las piernas hasta sangrar.
El hijo de una amiga vive en España, donde la mente es más abierta y el cannabis se utiliza de forma regular para aliviar los síntomas de enfermedades como las mías. De ahí me entró la inquietud y empecé a investigar por mi cuenta en internet. Aún me queda mucho por aprender del tema, pero la información que encontré me dio mucha esperanza.
Me animé a sembrar mi propia plantita porque, al ser ilegal, no hay forma de saber cómo se cultiva la que encuentras en las calles, si tiene buena tierra, si está fertilizada o contaminada con pesticidas. Además, para conseguirla tienes que ir con gente que no conoces, con miedo a que te delaten.
La que tengo en mi casa la utilizo para hacer gotas de microdosis y cremas calmantes para mí y algunas personas con enfermedades similares a las mías. Me pone muy contenta poder ayudar, a mi escala, a personas que padecen lo mismo que yo.
¿Cómo llegué a estas personas? Con la ayuda de mi doctor de cabecera.
Cuando empecé a usar estos productos se lo comenté a mi doctor por miedo a que interrumpieran o afectaran de alguna forma mi tratamiento. Me dijo: “daño no le va a hacer”. Así que comencé a probarlo y a obtener resultados increíbles. Los dolores en las piernas disminuyeron con las gotitas, y la crema me quitó la comezón por completo.
Al ver que estos productos estaban funcionando conmigo el doctor decidió compartirlos con otros pacientes que tenían los mismos síntomas y hasta el momento han tenido buenos resultados. Hay que usarlo con responsabilidad, con el propósito de hacer más llevadera la enfermedad.
Es importante aclarar que estos remedios no son curativos, pero parece que sí ayudan a sobrellevar enfermedades como Alzheimer, Fibromialgia, Esclerosis Múltiple, Parkinson y Epilepsia.
Aún hay muchos tabús sobre el cannabis, pero ya existe evidencia de los beneficios para la salud, y al no estar legalizada no se han podido realizar los estudios necesarios para aprender más. Para mí, esta planta ha representado un gran alivio, aunque también son sentimientos encontrados, pues estoy consciente de que mucha gente que ha sufrido por el mal uso y el narcotráfico. Mi deseo sería que pudiera ser legal y se utilizara con responsabilidad.
Si mañana se legalizara el uso del cannabis no sé si me gustaría abrir un negocio formal, pero sé que me gustaría ayudar a más gente a tener una mejor calidad de vida.