Muchos de nuestras creencias subconscientes dirigen nuestra vida. Las tenemos enterradas en esa parte desconocida de nosotros mismos desde nuestra infancia, o desde alguna experiencia traumática no resuelta.
Hacer conscientes nuestros pensamientos subconscientes es más o menos como lavar la ropa, ordenar y limpiar nuestra habitación, o darnos una ducha después de una semana de confinamiento. Siempre nos sentimos mejor.
Una vez nos damos cuenta de qué pensamiento o creencia subconsciente nos perturba, ya no es tan inconsciente, la vamos iluminando. Al iluminarla, vemos más claro, y en esa claridad podemos cuestionar esa creencia, y recolocarla de manera que nos libere del sufrimiento gratuito.
¿Y xq todo esto? Pues porque los pensamientos generan emociones, nuestras emociones nos llevan a determinadas acciones y esas acciones son las que van materializando cómo experimentamos nuestra vida.
¿Si nuestro destino lo dirige el subconsciente, quién narices lleva el timón? Es por eso que muchas veces llevamos a cabo conductas inconscientes que no deseamos ya que nos dañan, nos hacen sufrir, o dañamos y hacemos sufrir a otros.
La historia de María
María llegaba a casa, por la tarde después del trabajo y se sentía sola, aún estando acompañada, sentir esa emoción la incomodaba y para evitar esa incomodidad que solía ir acompañada de pensamientos que potenciaban ese sufrimiento, abusaba de la comida, mientras comía ese dolor quedaba anestesiado.Con ese comportamiento sólo conseguía bloquear más la situación, e incrementar su malestar. Ya que luego se sentía culpable y decepcionada de su comportamiento (subconsciente). Durante las sesiones de terapia aprendió a aceptar esa soledad, y a transformar las creencias y pensamientos que le generaban sufrimiento en esa situación. Cómo resultado, generó los recursos que necesitaba en ese momento, para mediante la consciencia, deshacer el pensamiento erróneo y liberarse de la necesidad de abusar de la comida ¿Puedes imaginar lo liviana que se sentía tras liberarse de tal carga?
Fuente: este post proviene de Mentxu da Vinci, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: