Se dice que este síndrome se desencadena en algunos pacientes debido al estrés que provoca la visita al galeno, que dírá con respecto a los exámenes que nos realizaron o nos vayan a someter, incluso la sola presencia de la envestidura (no necesariamente tenga bata blanca) de ese profesional, desencadena ese síndrome.
De un 20% a un 30% de la población se está sobre-diagnosticando y sobre-tratado por tener estas subidas puntuales de presión. El jefe de Sección de Nefrología del Hospital Infanta Sofía de Madrid, Fernando de Álvaro, asegura que "a todo el mundo le pasa de alguna manera" y comenta casos que de 180-120 y "luego, cuando llegan a casa, bajan hasta 120-70".
Aunado a este pico de presión, que debe tenerse muy en cuenta ya que es el llamado "enemigo silencioso", también deben cotejarse exámenes de colesterol, insuficiencia renal ligera o microalbuminuria, para estar bien seguro el médico antes de dar diagnóstico de enfermedad cardiovascular, ya que el tratamiento que se aplica a estos "falsos" hipertensos, les provoca una bajada de la tensión arterial por encima de los valores normales, lo que "les hace la vida más complicada" a estos pacientes,entre los efectos secundarios van desde la aparición de edemas, ralentización del ritmo cardiaco, alteraciones en los lípidos, o impotencia, en el caso de los diuréticos y los betabloqueantes.
Por ello, antes de dar un diagnóstico definitivo, se les obliga a los pacientes, medirse la tensión durante varios días en la tranquilidad de su casa, en su entorno, para identificar así, si lo que tuvo en el consultorio fue el síndrome de la bata blanca, o realmente necesita empezar a llevar un tratamiento adecuado.
Imágenes: Saber que...