¡Sólo si tú quieres! Empieza a actuar antes que sea demasiado tarde y aplica estos sencillos trucos que te ayudarán a librarte de ellos.
Aunque la gran mayoría de "mis chicos" de la consulta se han comportado como campeones sin subir apenas de peso durante las Navidades a pesar de haber disfrutado como todos de las comidas familiares, de las salidas con amigos y de esos turrones y polvorones que inevitablemente probamos en estas fiestas, puede que muchos hayamos acumulado uno o dos kilitos.
Ahora es el momento de tomar medidas para librarnos de ellos antes que nos "cojan cariño" y nos sea mucho más difícil eliminarlos. Si no haces ver a tu cuerpo que esos pocos kilos sobran y los conservas durante algunos meses, lo que intentará será mantenerlos, al igual que hace con el resto de tu peso, y te pedirá la ingesta diaria de calorías necesaria para ello, lo cual te hará más difícil eliminarlos.
Además de volver a nuestras rutinas de comida sana y ejercicio, hay algunos trucos que seguramente conocemos pero quizás hemos dejado de practicar y que nos ayudarán en esta tarea. ¿Los vemos?
1. En ayunas: agua con limón
No te olvides de uno de los primeros retos que nos propusimos en este blog. Puedes leer sobre todos sus beneficios aquí.
Quizás lo hiciste un tiempo y los cambios de ritmo de las fiestas te han hecho dejarlo de lado o quizás nunca llegaste a hacer de ello un hábito. ¡Anímate! Son muchas las ventajas de una costumbre tan sencilla.
2. Establece rituales a la hora de comer
¿A qué me refiero con esto? Te doy algunas ideas:
Pon la mesa, aunque sea sólo para tí, o prepárate una bonita bandeja.
Usa vajilla, vasos o copas y cubiertos bonitos; hoy en día los hay muy asequibles como para que estés bebiendo en esa taza desportillada que usabas en tus tiempos de estudiante.
Come en un entorno agradable. Quizás la cocina con todo por medio no sea el mejor sitio para disfrutar de la comida; si no te apetece recogerla antes, trasládate a otra estancia donde te puedas sentar tranquilamente a comer.
Apaga o aparta móvil y ordenador mientras comes (si apagas la tele, aún mejor).
Disfruta de cada bocado como explicamos en este artículo.
Y, sobre todo, intenta comer con tranquilidad; investigaciones como ésta,realizada en el Departamento de Fisiología de la Universidad de California, demuestran que el estrés fomenta la obesidad y ya vimos en este artículo como dicho estrés puede ser responsable de la acumulación de grasa abdominal en las mujeres3. Ojos que no ven...
Simplemente reorganizar la nevera y la despensa haciendo que no esté en primer plano todo aquello que no debemos comer nos evitará la tentación y conseguiremos consumir muchas menos calorías.
Por supuesto, ya es hora de deshacernos de todos los dulces navideños que hayan sobrado. Por mucho que las grandes superficies nos ofrezcan turrones y mazapanes diez veces más baratos que hace una semana... ¡no caigas en la tentación! Hazte a la idea de que son productos restringidos a unos días en los que ya nos hemos permitido disfrutarlos y no llegues a agosto con turrón en la nevera.
Pero no sólo eso, organiza los armarios de la cocina de forma que esos alimentos que puede que se consuman en tu familia (chocolates, magdalenas, galletas,...) pero que tú ahora debes evitar no los veas nada más abrirlos y recuerda todos los consejos que vimos en este artículo para que la nevera sea aliada y no boicoteadora de nuestra dieta.
4. ¿Tienes hambre o sed?
Muchas veces nos lanzamos a picar algo cuando en realidad lo que teníamos no era hambre, sino sed. Así lo confirma este estudio publicado en la revista científica Physiology and Behavior, en el que sus autores apuntan a que en un 60% de las ocasiones respondemos inadecuadamente a las señales de sed comiendo.
Me dirás que reconoces perfectamente cuándo tienes sed y cuándo hambre pero te propongo una cosa, cuando tengas ganas de picar algo fuera de tus cinco comidas, bebe primero un par de vasos de agua y luego párate a pensar si verdaderamente tenías hambre.
Por otra parte, más fácil de entender es que si bebemos ese par de vasos de agua antes de comer, ingeriremos menos calorías. También en este caso, como no podía ser de otra forma, existen innumerables estudios que lo corroboran como éste publicado en la revista Obesity que concluye que las personas que toman dos vasos de agua antes de comer ingieren entre 75 y 90 calorías menos que las que no lo hacen. Esta disminución puede ser aún más acusada si el hecho de beber el agua hace que dejen de tomar otras bebidas más calóricas durante la comida.
5. Olvida las comidas sosas
Y no me refiero a que abuses del salero, que ya sabes que no soy partidaria de ello como ya vimos aquí, pero sí a que te aficiones más a condimentar tus comidas con picante (si no tienes patologías que lo desaconsejen) y con hierbas aromáticas.
Estudios como este afirman que un alcaloide responsable del sabor picante de la pimienta negra, la piperina, además de actuar eficazmente contra la inflamación, interfiere en la formación de las células grasas dando como resultado en los experimentos realizados una disminución del perímetro abdominal, del porcentaje de grasa corporal y de los niveles de colesterol en aquellas personas que condimentaban sus comidas con esta pimienta.
En cuanto a las hierbas aromáticas, experimentos más sencillos confirman que comemos menos cantidad e incluso disminuye el tamaño de los bocados si nuestros alimentos están más aromatizados con hierbas. Parece ser, como explica este estudio, que la sensación de saciedad se consigue antes y, en consecuencia, comemos menos.
6. Si empezaste con agua, termina con agua
Mejor dicho, con "un agüita", como decimos en Canarias. Es decir, con una buena infusión que añada a sus propiedades saludables el beneficio psicológico de representar el punto final de la comida; después de ella debemos hacernos a la idea que no se come nada más, hay que olvidarse de los eternos picoteos de sobremesa. Puedes leer más sobre los beneficios de adoptar la rutina de terminar tus comidas con una infusión aquí.
Como ves, hábitos sencillos y agradables de llevar a cabo, tanto que pensarás que no pueden significar la diferencia entre eliminar esos kilitos que te dejaron las navidades o quedarte con ellos para siempre...¿Por qué no haces la prueba?
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